La deuda española salvó ayer bien otro escollo. El Tesoro recurrió para títulos a 10 años a una emisión sindicada y, por tanto, negociada antes con inversores privados, lo que contribuyó a que la operación estuviese atada y se evitase algún susto en el precio.
Al final, casi sin encarecerse colocó unos 6.000 millones sobre una demanda de 14.000 millones. Desconocemos el desglose, pero podrían haber participado Deutsche Bank y Crédit Agricole. Esto podría interpretarse como una señal de que el riesgo de España mengua un poco.
Con todo, la mayor parte probablemente fue nacional. Nuestra banca logra buenos intereses con activos que puede dejar en el BCE. Sólo que esto la penaliza en bolsa cada vez que surge la preocupación sobre nuestro país. Las próximas emisiones, los días 13 y 30 de julio.
