Los listos sólo actúan con tranquilidad cuando la autoridad competente se muestra laxa en sus controles.
Durante 13 meses, la CNMV ha supervisado a La Seda de Barcelona y hasta el pasado viernes no ha encontrado motivo alguno para pronunciarse al respecto, una vez la ampliación de capital que defiende el actual consejo de administración ya está en marcha.
Sorprende que si la Comisión considera que hay posibles responsabilidades penales entre los administradores y que muchos de ellos cometieron diversas infracciones graves o muy graves les permita seguir al volante de la empresa.
La CNMV ha reaccionado muy tarde y, además de perjudicar los intereses de los accionistas minoritarios, premia las conductas de gestores cuyas actuaciones poco claras acabarán siendo premiadas con salarios de más de 1 millón de euros. Aunque luego actúe la justicia, algunos ya estarán en casa con los bolsillos llenos.
Jordi Sacristán, delegado de elEconomista en Cataluña.