Opinión

Editorial: Duran i Lleida no es Zapatero

España no es Grecia. Lo dice el secretario general de CiU, Josep Antoni Duran i Lleida. Pero puede acabar siéndolo si no hace los deberes. Y el político catalán tiene muy claros esos "deberes" cuyo fin último es el de restaurar la confianza y recuperar el empleo. Acierta al destacar que la reforma laboral llega tarde y sin haber acercado la negociación colectiva a las empresas, algo que debe subsanarse en el trámite de enmiendas.

Del mismo modo, es consciente de que el decreto laboral no tiene visos de crear empleo a corto plazo y ha de ser completado con más medidas, entre las que baraja la reducción de dos puntos en las cotizaciones a la Seguridad Social para las empresas que mantengan o creen empleo. ¿Por qué no a todas? Sería oportuno compensar el alza del IVA con una merma en las cuotas.

Por otro lado, Duran aboga por redefinir nuestra cultura sobre el Estado de Bienestar. Hemos de asumir que es preciso introducir mecanismos de copago. A pesar de no estar conforme con todo el contenido del tijeretazo acometido por el Ejecutivo, CiU propició que prosperara en el Parlamento. Porque lucha por salvar la economía, no por salvar a Zapatero.

Cree que el presidente acabará la legislatura y, en el mismo sentido de apostar por la reactivación, le apoyará en los Presupuestos, esa negociación en la que persiste el consabido toma y daca a cambio del respaldo a las cuentas. El líder de CiU sabe anteponer las prioridades económicas al juego político. Tiene un claro diagnóstico de las medidas que necesita la economía española y coraje para apoyarlas. Duran i Lleida no es Zapatero.

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