Opinión

Javier Nart: Largo me lo fiáis

En un nuevo bandazo tardío e incompleto, nuestro Gobierno ha anunciado una confusa normativa pretendidamente dirigida a dinamizar nuestra economía, a agilizar el mercado laboral.

No deja de ser tan paradójico como cierto que cuando caen chuzos de punta sobre cualquier país, los platos rotos los paguen siempre los más débiles. Aunque no sea de ellos la responsabilidad del estropicio.

En España, como en el mundo mundial, el desastre no ha sido responsabilidad de los trabajadores, sino de quienes, como dicen en Argentina, "llevan la manija".

Me refiero al poder. Ese ente tan abstruso como verdadero que se llama mercado y que, afinando, se concreta en financieros, empresarios y gestores (especuladores).

Las pérdidas son de todos y los beneficios de ellos.

¿Conocen ustedes a un solo directivo al que se haya exigido en España responsabilidades por "ingenierías financieras", "contabilidad creativa" o demás artilugios que les han producido pingües beneficios en forma de bonus o participación en éxitos que resultaron ficticios?

Yo tampoco.

Pues bien, los sindicatos más desprestigiados de nuestra historia, enfeudados al zapaterato,nos salen ahora por peteneras rasgándose las vestiduras y anunciando una huelga general... para finalesde septiembre. 

Algo así como si, viendo a una persona ahogándose, se proclamara heroicamente que le va a lanzar el salvavidas al cabo de tres días.

Para mí que se ahogará.

Son esos mismos sindicatos que durante años y mientras en este país se hundía la economía irremisiblemente y se sobrepasaba la cifra de cuatro millones de parados, seguían amorosamente del brazo del Gobierno... al que ahora denuncian rasgándose las vestiduras en una mezcla de ridículo e hipocresía.

La tragedia de este país es que nuestro problema, además de la crisis, es el descrédito que merecen casi todas nuestras instituciones.

No nos queda ni el escepticismo.

Javier Nart, abogado.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky