Opinión

Editorial: El último gol de Mediapro

Mediapro ha declarado el concurso de acreedores. Éste ha sido el claro ejemplo de una compañía pequeña que ha crecido a un ritmo vertiginoso gracias a los apoyos gubernamentales, olvidándose del criterio empresarial. El Gobierno incluso aprobó con toda celeridad la TDT de pago para que pudiese explotar los derechos del fútbol en exclusiva a través de esta plataforma.

También se benefició al grupo catalán con múltiples contratos de deslocalización de TVE. Pero el holding tuvo que pagar cifras astronómicas para poder retransmitir eventos deportivos y eso lo ha llevado a acaparar más de lo que podía. Un revés en los juzgados que cuestionaba cómo ha adquirido los partidos de fútbol ha podido suponer la puntilla para la sociedad de la que es directivo Roures. Esta sentencia reconocía a Sogecable la capacidad para demandar de Mediapro unos 100 millones de euros. Sin embargo, otro dictamen de Competencia daba la razón a Mediapro, algo que la compañía de Roures quiere alegar en su recurso a los tribunales al objeto de evitar el desembolso del dinero.

Con todo, Sogecable ha pedido la ejecución de la decisión del juez y exige el dinero ya. Como Mediapro no cuenta con liquidez, ha optado por declarar el concurso y posponer su compromiso con la esperanza de ganar esto en el juzgado. Y hay graves consecuencias para los clubes de balompié, que contaban con unos ingresos millonarios que ahora podrían no cobrar. Las cuentas de todos están en juego porque el fútbol se ha cotizado a un precio en el que no rinde por culpa de la chequera manirrota de Mediapro consentida por el Gobierno.

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