Opinión

Carlos de Benito: Reforma: la pregunta correcta

Dicen que las preguntas crean la realidad. La pregunta correcta para evaluar la reforma laboral no es si es buena o mala, o si responde más a los intereses empresariales o sindicales. La pregunta correcta es: ¿será útil esta reforma para reducir la tasa de desempleo? ¿Será capaz de generar confianza?

Para dar una respuesta positiva el Gobierno tenía dos alternativas: la primera, una reforma en profundidad del sistema de relaciones laborales que afectase a la estructura de la negociación colectiva, a la causalidad y coste del despido, al control judicial y administrativo de las decisiones empresariales y al modelo de contrato indefinido, aún limitando su aplicación al segmento de pymes.

La segunda alternativa: una reforma de urgencia, pocas medidas pero decisivas para crear empleo: un modelo de contrato - aún transitorio- que diera al empresario la confianza de que podría rescindirlo cuando lo precisara y a un coste cierto, la generalización operativa del tiempo parcial y la liberalización de la intermediación en el mercado laboral.

El Gobierno no hace ni una cosa ni la otra; se queda a medio camino; ni se abordan en profundidad los problemas crónicos de nuestro mercado de trabajo ni se adoptan medidas de impacto, capaces de generar empleo a corto plazo.

Las preguntas que el Gobierno se ha planteado no son las correctas que mencionamos al inicio. A la vista de lo publicado, más bien se ha preguntado: ¿qué hacer para que los sindicatos planteen una conflictividad de tono menor? ¿Qué puedo cambiar para que los mercados perciban que avanzamos? ¿Cómo reformar y poder presentarme ante mis electores con algún argumento de avance social?

El resultado es el que vemos: no se cambia la estructura, se tocan muchos palillos para que la reforma parezca de gran calado y se penalizan los contratos temporales para que podamos decir que aumentaremos el ratio de empleo fijo frente al temporal.

Ignora el Gobierno que la principal distinción en nuestro maltrecho mercado de trabajo no está entre trabajadores fijos y temporales, sino entre trabajadores y desempleados, o, en el mejor de los casos, entre trabajadores con contrato laboral y subcontratados con contrato mercantil: "Hazte autónomo y crea tu marca personal, ¡verás qué bien!".

Carlos de Benito, profesor de Relaciones Laborales. Director de Nebrija Business School. Universidad Nebrija. Vicepresidente AEDIPE Centro.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky