Opinión

Editorial: Zapatero sufre una revelación de los mercados... alabado sea

Ni Clinton, ni Felipe González tuvieron una visita de la fe en los mercados tan repentina. Donde Zapatero había dicho digo, la UE le dijo Diego... y en sólo tres días el presidente se ha visto obligado a embarcarse en la política de ajustes que siempre rehusó.

La caída del caballo ha sucedido en Bruselas. Una pena que haya sido al final la santísima trinidad de Obama, Merkel y Sarkozy, cuando aquí llevábamos ya dos años señalándole el camino. Pero ahora que por fin lo hace, debemos celebrar su conversión. Zapatero ha dado un paso muy importante en la línea correcta. Su reducción de la inversión pública estatal en unos 6.450 millones es coherente con la situación de nuestras finanzas. Debemos ir acostumbrándonos a unas vías más deterioradas y dar prioridad sólo a las infraestructuras que reporten beneficios. Y la racionalización en el gasto farmacéutico también parece muy acertada. Es más, habría que introducir elementos disciplinadores como el copago.

Respecto a la bajada del sueldo de los funcionarios, este sector ni ha sufrido el paro ni los ajustes retributivos del ámbito privado, al tiempo que ha disfrutado de una inflación baja. Su posición de privilegio no podía continuar. El problema fue que subieron sus salarios cuando no se debía.

La supresión del pago retroactivo en Dependencia supone que las familias tendrán una mayor carga, y que la evolución de esta red de apoyo se estanca. Ésta y la congelación de la revalorización de las pensiones resultan, sin duda, las medidas más duras que ha tomado el presidente. Quizás, las críticas en estos apartados sean válidas: aunque la medida sea temporal y la mitad de las pensiones no se vean afectadas por incluir las no contributivas y las mínimas, se podía haber actuado sobre las de viudedad o distribuirlo mejor. Existen otros resortes de gasto que se podrían atajar como los 17 parlamentos autonómicos, cuyo número de diputados se puede reducir; o las diputaciones, que ahora sirven de bien poco. Sin embargo, Zapatero ha optado por lo más fácil. También podría haber rebajado las prestaciones por desempleo con el objeto de primar la búsqueda de trabajo. En cualquier caso, hace falta una reforma paulatina del sistema de jubilaciones para que el ciudadano cotice más tiempo.

En su conjunto, el plan que ha presentado Zapatero representa sólo un grupo de soluciones pasajeras. Queda mucho trabajo por hacer sobre la esencia de las dificultades: la diferencia entre lo que el Estado da y lo que éste ingresa. El presidente afirma que aún se han de revisar muchas partidas. En este sentido, podría recurrir a un grupo de expertos, tal y como ha hecho Irlanda, que identifique potenciales solapamientos y ahorros. En este punto, encontrará un gran escollo en autonomías y ayuntamientos tras haber aprobado la financiación autonómica y los planes E.

En lugar de cuestionar por sistema, el PP debería apoyar ahora este programa. Podría incluso aplicarse el cuento y hacer lo mismo allá donde gobierne. Y esto no deber quedarse aquí. El presidente no puede retrasar más las reformas. Sin ellas, este ajuste implica acentuar la recesión, porque resta inversiones y capacidad adquisitiva. Hay que incidir en que todo el dinero ahorrado son fondos sustraídos de la iniciativa privada vía impuestos o financiación que se lleva el Estado. Y la liberación de estos recursos traerá crecimiento. Ahora, la incógnita será la reacción sindical, pues se abre la puerta a los conflictos. Vivimos entre los sindicatos y los mercados. Tanto criticar a los últimos cuando ellos han logrado el cambio necesario. Méndez y Toxo deberían observar que el mercado es el buitre que ataca la gangrena. ¿Es la gangrena culpa del carroñero cuya misión es limpiar el ecosistema?

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky