Opinión

Carlos Doblado: Para servir, hay que proteger

Nueva lección histórica la que nos ha servido el mercado en estas semanas. Se pone una vez más de manifiesto que tomarse esto en serio pasa por saber proteger el capital.

Semana negra para los mercados y, claro está, para tantos y tantos inversores que no acaban de querer entender que salvo en aquellos momentos en que la cosa es tan dulce que el mercado lo hace todo por nosotros durante años -como por ejemplo sucedió entre principios de los 80 y finales de los 90-, el poder estar un paso por delante en nuestras finanzas personales pasa por tomarnos esto en serio y especular activamente. Aunque quizá debí decir invertir, que ya se sabe que la culpa de todo lo sucedido estos días es de los especuladores.

Nada tiene que ver el Gobierno. No. La culpa es de esa gentuza, de todos esos antipatriotas, como los chicos Bolságora que han tenido el mal gusto de recomendar vender e incluso de abrir posiciones bajistas para sus clientes más sofisticados y amantes del riesgo, en lugar de aguantar el tipo como buenos españoles. ¿Quién son las ratas para abandonar el barco mientras el Gobierno se obstina en mantener el rumbo contra viento y marea? ¿Qué clase de hombres libres, de liberales, hemos formado en las escuelas María Teresa? Si lo saben, cambian antes la EGB por la ESO.

Proteger para servir

En mayo del año pasado me quejaba de la actitud de los analistas técnicos que, abducidos por una tendencia bajista descomunal, se mostraron en su mayoría incapaces de romper el guión, de no querer ver nada malo para aprovechar una subida histórica. La verdad es que lo hice con la boca pequeña, tiene razón, casi todos somos minúsculas y un tanto patéticas cajas de ego. Me incluyo, me ha pillado.

Hoy, en cambio, me quejo de los mismos que defraudaron a los inversores en 2008. De los que de hecho defraudan siempre a la gente en cuanto el mercado no se mueve a favor; que quiere decir al alza para la gran mayoría de nosotros.

Vamos a respetarlo. Ahora bien, no hacer nada, mantener el consenso en ese diez por ciento al alza de cada año incluso con lo que ha ido sucediendo, y no hablo sólo de gráficos, es intolerable. ¿Cómo vamos a contratar un plan de pensiones si por un lado nos esquilman a comisiones y por el otro no nos aportan absolutamente nada que justifique que las gestoras abusen de nosotros pese a mostrarse sistemáticamente incapaces de batir a sus benchmark?

Las carteras de Bolságora, que sólo en mercados bajistas declarados están ligeramente bajistas, pierden dinero. No somos infalibles. Pero hay maneras y maneras de perder. Y no es vergüenza caer entre 3 y 4 veces menos de lo que lo hace tu referencia, pues una pérdida controlada permite mantener el capital a salvo y, sobre todo, te deja en disposición de aprovechar los bajos precios cuando las aguas revueltas vuelven a su cauce.

Si recuerda mi primera tribuna del año, comenté en ella que el desafío para 2009 iba a ser combatir la corrección que en algún momento del mismo deberíamos enfrentar. Pero mire, lo que yo esperaba era otra cosa, al menos en los tiempos y sobre todo en los efectos, porque lo que sucede en Europa excede lo que esperaba.

Sin embargo, como sabe si ha ido leyendo mis tribunas, eso no me ha impedido intentar pelear con dignidad contra dos correcciones que han sido en Europa más intensas de lo que sospeché a priori. Y es así porque, como siempre le he intentado comunicar, la clave no está en el acierto sino en la gestión de éste y, sobre todo, en la del error.

¿Qué puede pasar?

La verdad, no lo sé. Los gráficos no engañan y el aspecto de los índices europeos es, por lo general, abiertamente bajista más allá de la inmensa sobreventa y la innegable capacidad de rebote que por ello tiene la bolsa europea. Pero gráficos en la mano, fíjese en la ruptura de soporte crítico que muestra el segundo de los gráficos de arriba, el del EuroStoxx 50, la caída no ha terminado.

Estados Unidos, así como la mayoría de las plazas emergentes y algunos países de economías fuertemente exportadoras en Europa, mantienen en pie sus soportes de medio plazo.

Ahí queda eso. Como ya le dije en la anterior corrección, donde manda patrón no manda marinero. La clave, como siempre, está en Wall Street, y allí no hemos roto la zona de contención ni siquiera durante la histórica caída intradiaria del pasado jueves. ¿Se da cuenta de que en un mercado puede pasar de todo? ¿Entiende que su forma de enfocarlo debe contemplarlo?

Mientras Nueva York resista, un servidor se resiste a creer en una reedición de los visto en 2008. El aviso, sin embargo, está sobre la mesa en forma todo tipo de apuestas sobre el futuro de Europa.

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