Opinión

Editorial: Eulen, un negocio familiar sin resolver

La batalla en la familia Álvarez por el control del grupo empresarial se recrudece. Los hijos se han hecho con el mando en El Enebro, mientras que el padre ha expulsado a su prole de la cúpula de Eulen. En sus declaraciones a elEconomista, el patriarca David Álvarez afirma que no le gusta la bolsa, pero que si sale al parqué es porque sus vástagos le han obligado. La falta de un acuerdo con ellos le ha llevado a un proceso violento de profesionalización de la compañía.

En un negocio con muchas divisiones, esta pelea puede hacer que el grupo se resienta por la ausencia de una línea directriz clara. Puede que los hijos se hayan saltado el protocolo familiar que establece que el padre manda mientras viva, pero no parece apropiado que el progenitor dispute algo que terminará en manos de sus descendientes.

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