Desde el comienzo, se advirtió que la política monetaria del euro podría verse socavada por el hecho de que la política fiscal permaneciese en los países miembros. Ahora, se plantea que el Eurogrupo tenga que darle el visto bueno a los presupuestos de los Estados.
Tardará en aprobarse y quedará bastante diluido. Pero sería positivo que el Eurogrupo pueda leer la cartilla a una nación que no cumple. Una reprimenda europea tendría peso. De momento, ya se ha aprobado que en cada Eurogrupo se examinen los desequilibrios económicos de dos países. España y Finlandia serán los primeros. Nuestro país será mal calificado. Los ministros europeos ya han declarado que la competitividad de Alemania no es el problema. Son los demás quienes deben seguir su ritmo y hacer los deberes.
