Opinión

Editorial: Stiglitz apunta muchas reformas

Durante una buena temporada, al presidente Zapatero le gustaba rodearse de premios Nobel de Economía de corte socialdemócrata como Krugman o Stiglitz. Por aquel entonces, los colocaba a bombo y platillo en su consejo de asesores. Sin embargo, hace ya tiempo que se ha desvanecido el afán de nuestro presidente por hacerse la foto con ellos y demostrar lo bien que se maneja en el terreno de la economía. Será porque no le gusta el tipo de comentarios que estos expertos le tienen reservado.

En sus artículos, Krugman defiende que un manguerazo a la economía resulta menos perjudicial que intentar repararlo todo más tarde. Y esto le ha servido a Zapatero para argumentar su política de gasto indiscriminado. Los mal elaborados planes E en sus distintas versiones se escudaban bajo estas teorías. No importaba que luego el desarrollo fuese nefasto.

Sin embargo, no quiere escuchar los consejos que estos mismos teóricos le lanzan sobre el mercado de trabajo. Krugman le dijo que nuestro país necesitaba una mayor flexibilidad laboral, que la mano de obra era demasiado cara y, en una economía global, los puestos de trabajo se marcharían a otras naciones. Ahora Stiglitz, en una entrevista en exclusiva con elEconomista, incide en un aspecto distinto y afirma que más bien hay que fomentar la movilidad geográfica y funcional.

Pero para eso habría que reformar tantos aspectos, desde la formación hasta subsidios como el PER, o incluso la ley del suelo. No sólo la reforma laboral. Sin embargo, Zapatero sigue sordo a la necesidad de reformas. ¿Será que ahora escucha a gente más bien novel en Economía?

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