El mercado ya da por sentado que habrá un rescate de Grecia. Las bolsas ayer subían basándose en unos buenos datos procedentes de las previsiones de beneficios en EEUU y las exportaciones de Alemania. No importaba que Grecia estuviese a punto de quebrar abonando más de un 7 por ciento por su deuda.
La moraleja de esta historia es preocupante. Los inversores saben que pueden vender bonos de un país y recomprarlos a un mayor interés poniendo presión sobre su deuda al tiempo que se embolsan pingües beneficios. Una apuesta arriesgada que ahora buscará nuevos objetivos con los que cebarse. Atentos a España. También debemos observar que ésta es la beneficiosa disciplina de los mercados, la cual actúa cuando ya nadie parece dispuesto a hacerlo. Obliga a tomar medidas a quienes se resistían.