El Gobierno ha aparcado el plan eléctrico que presentó como parte de las reformas que iba a negociar con el resto de partidos en el palacio de Zurbano. Entonces, publicamos en elEconomista que el sector eléctrico se había alzado en armas contra este documento por su absoluta falta de realismo.
Se basaba en unas proyecciones de demanda irreales con una economía en crisis; promocionaba tanto la energía solar y la eólica para cumplir con sus aspiraciones medioambientales que hinchaba sobremanera la factura energética; y encima desechaba una de las fuentes esenciales en cualquier mix energético que quiera reducir emisiones, la energía nuclear. Normal que esta iniciativa se haya echado atrás. Ahora, el ministro Sebastián debe volver a hacer números para que le cuadren las cuentas.