¿Se acuerdan de la situación previa a la crisis en la que se prodigaron las acusaciones contra los especuladores por disparar los precios del petróleo ? Pues el miedo a un crudo caro vuelve a sentirse en los mercados. El consenso de los expertos afirma que un barril a 70 u 80 dólares puede incluso resultar beneficioso porque fomenta la inversión para extraer esta materia prima y que no se den cuellos de botella.
Sin embargo, un petróleo cotizando a 100 podría estrangular la recuperación en ciernes y propiciar la temida recaída al provocar una subida de precios y, por tanto, de tipos. En un entorno en el que se apueste por una cierta mejora, los inversores enseguida verán en las materias primas una oportunidad. Habrá que estar atentos a este nuevo riesgo que se otea en el horizonte.