Lo mejor de 2009 es que ya pasó, dijo ayer con razón el presidente de la patronal bancaria, Miguel Martín. En el último trimestre, un tercio de los bancos y cajas entró en pérdidas.
No hay que confundir unos resultados negativos transitorios debidos a la coyuntura y al mayor esfuerzo en provisiones voluntarias con casos críticos puntuales y hay que recordar que las grandes entidades siguen fuertes, no pestañean ante los vaivenes y obtienen pingües beneficios.
Pero para que el sistema financiero español se mantenga sólido es necesario que no se demore más la reordenación de las cajas y que se solucionen supuestos concretos a la mayor brevedad, como urgió el miércoles el gobernador del Banco de España. La imagen de nuestro sector financiero está en juego.