Hace un par de años, fui invitado por el Gobierno de Ecuador a pronunciar una conferencia dirigida a 2.000 directivos. Antes de comenzar, estuve charlando con Lenin Moreno, el vicepresidente.
-Tengo cariño a Ecuador -le expliqué-. He viajado muchas veces para trabajar por cuenta de diversas organizaciones, y querría decir?
Con buen humor, me interrumpió:
-Puedes decir lo que quieras, hay suficiente policía.
Al rato, proclamé:
-El problema, en ocasiones, no es de pobreza de medios, sino de miseria de voluntades...
Aplaudieron sonoramente.
No dudo de que la reforma de la justicia, la de la universidad o la de las autonomías sean imprescindibles. Con todo, considero que la transformación que debemos acometer es la de la recuperación del esfuerzo.
Aristóteles enseña en Ética a Nicómaco (LID) que para que una iniciativa salga adelante son precisas cuatro causas: la eficiente, la material, la formal y la final. Demasiados viven obsesionados con la material. Es decir, se reclaman más y más inversiones. Lo que en realidad debería promoverse es un renovado brío. Casi siempre la pretendida carencia de medios es la excusa de quienes no desean batallar. En una sociedad donde el trabajo es más una carga que un modo para servir a los demás, bastantes buscan una excusa para no tener que pugnar. Las mujeres y los hombres que han aportado no han sido quienes se han limitado a decir que habría que actuar, sino quienes se han propuesto realizarlo. ¿Cómo olvidar a Helen Keller, que con sólo 19 años se quedó sorda y ciega? Con la ayuda de su institutriz Anne Sullivan, se graduó con las mejores notas.
Las crisis no se solucionan esperando que alguien resuelva los problemas. Quienes deberían dar ejemplo en primer término son los que han optado por la profesión de políticos. Hay que exigirles menos proposiciones vacuas. Ojalá sus comportamientos hablasen tan alto que no precisásemos escuchar sus mensajes. La hora de las palabras hueras debería quedar atrás.
Javier Fdez Aguado, socio director de Mindvalue. Jefe del área de Liderazgo empresarial y Deontología profesional del IEB.