Los precios de la vivienda en España bajaron sólo un 4,3 por ciento en 2009, según el INE. Cierto es que el dato se ha tomado sobre las tasaciones, y eso hace que sea menor. También es verdad que el nivel de esfuerzo para hacer frente a una compra se ha reducido gracias a los tipos y las rebajas acumuladas.
Pero, ¿alguien vislumbra el pinchazo de un burbuja inmobiliaria? No lo parece. El ajuste debe producirse para que la demanda pueda reactivarse. El Banco de España hace bien obligando a las entidades a provisionar por sus activos inmobiliarios.
De ese modo, se las fuerza a vender y ponen, a su vez, mayor presión sobre las inmobiliarias para que rebajen. Mientras se aguanten los precios, la demanda esperará a que caigan, por lo que el stock continuará ahí. A este paso, la burbuja puede tardar años en desinflarse.