Varias autonomías han aprobado o preparan tanto ayudas para las empresas que se decidan a dar el salto al Mercado Alternativo Bursátil (MAB), como incentivos fiscales para sus inversores. Ahora que la financiación se constriñe, si una empresa con un perfil innovador tiene un claro plan de expansión, el MAB puede suponer una oportunidad a mejor precio. Atraerá el capital de grandes inversores que no están muy contentos con los rendimientos de sus opciones habituales y buscan proyectos ilusionantes, con bases de crecimiento orgánico.
Veáse el reciente ejemplo de Gowex, que en su salida a bolsa registró un alza del 20%. Este parqué representa una excelente forma de dotar de tamaño a compañías pequeñas ante la crisis y, además, someterlas a la saludable disciplina del mercado.
