Todos los empresarios con los que hablo esperan unos años duros aunque también llenos de oportunidades. Para aprovecharlos, los dos grandes desafíos que tienen las empresas españolas por delante a corto y medio plazo son la internacionalización y el tamaño.
Con las dificultades existentes en el mercado español, vender en el exterior pasa a ser una obligación. En muchos sectores, o se exporta o no podremos ser viables en los próximos años. En cuanto al tamaño, debido a la crisis muchas empresas han reducido su volumen un 20%, un 50% o incluso más.
Con esta nueva dimensión, en muchos casos se han perdido las economías de escala y se necesita tamaño de nuevo para ser competitivas. El crecimiento orgánico no va a ser suficiente y se debería pensar más en las fusiones y, sobre todo, en adquisiciones para conseguir empresas mayores. Sin embargo, por la cultura de la pyme española, habrá muchas menos fusiones y adquisiciones de las que se necesitan.
Eduardo Navarro, socio director de Improven.