El dilema del salvamento de Grecia es el del riesgo moral y la legitimidad política en el marco de la unión monetaria. La historia demuestra que las reformas estructurales deben ser acompañadas por una larga cantidad adelantada de fondos extendida bajo las más estrictas condiciones. Eso eliminaría el miedo a la refinanciación, al mismo tiempo que las reformas son desarrolladas bajo una supervisión cercana.
Dado el riesgo de contagio a otros países europeos a través del sector bancario, la UE y el BCE no se encuentran en la mejor posición para imponer condiciones una vez se aplique el rescate. Y la financiación sin exigencias duras es la menos deseable de las soluciones.
Ésa es la razón por la que un programa creíble del FMI, que aúna apoyo monetario con el logro progresivo de reformas, es la solución apropiada, aunque resulte arriesgada. El FMI puede minimizar el problema del riesgo moral mejor que unas garantías a préstamos.
Nouriel Roubini, presidente de Roubini Global Economics.