Las autoridades chinas ya advirtieron sobre los riesgos de la política expansiva con la que EEUU combatió la crisis: podía generar una gran inflación que erosionase sus inversiones en América, así que Pekín dio señales de que diversificaría. El lunes, el gobernador del banco de China dijo que habría que permitir que el yuan se encareciese. Pero ha bastado un día para que transmitan la opinión contraria. Comprarán deuda estadounidense. ¿Por qué?
Los chinos tienen 3 billones de dólares en reservas y no hay mayor mercado que el americano, que sacará este año 2 billones. Europa no emitirá tanto, y parte de ella presenta riesgos. EEUU cuenta con una demanda débil que no da síntomas de generar alzas de precios: sigue siendo, en estas circunstancias, la mejor inversión. China cree en el dólar por narices.