Opinión

Editorial: ¿A dedo en la UE?

Pese al bombo y platillo que le quiso dar a la Presidencia española de la UE, el Gobierno demostró no haberla preparado a conciencia. Primero dijo tomar las riendas de la economía en Europa, y le llovieron las críticas por su falta de medidas en casa. Luego, lanzó la propuesta de castigar los incumplimientos en Europa, pero enseguida Alemania acalló esta iniciativa.

Ahora se ve que, tal y como revela hoy elEconomista, el Ejecutivo cuando menos tampoco preparó con la suficiente antelación el programa de actos de la Presidencia europea. Esto se vio plasmado en que 27 de los 29 contratos para este semestre fuesen adjudicados por procedimiento negociado sin publicidad, es decir, sin concurso público.

El recurso a esta figura se justifica bien en razones de seguridad, intereses esenciales, materia reservada; bien por motivos de urgencia o imprevisibles; bien para el suministro o servicios que no sobrepasen los 100.000 euros; o bien para contrataciones que sólo se puedan encomendar a un empresario determinado.

En ninguno de esos supuestos parece razonable que entren contratos para la fabricación de uniformes de azafata o suministro de mobiliario, sobre todo cuando se conocía la fecha de inicio de este evento cuatro años antes.

El Ministerio de la Presidencia que encabeza la vicepresidenta De la Vega es responsable de esta organización y debe dar explicaciones. Debería además dejar claro que esa celeridad no ha sido aprovechada para que las adjudicaciones se asignen con favoritismos, en especial cuando este Gobierno ya ha dado señales de legislar con nombre y apellidos en más de una ocasión.

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