Hasta hace no demasiado tiempo, el perfil de la mujer emprendedora en nuestro país era el de una mujer en torno a los 40 años y sin estudios superiores. Sin embargo, este perfil ha cambiado drásticamente puesto que cada más son más las empresarias universitarias. Efectivamente, en la década de los 80 las mujeres empresarias constituían alrededor de un 7 por ciento y en sólo unos años hemos pasado al 33 por ciento que hay actualmente.
Afortunadamente, estas cifras siguen mejorando en la actualidad, y si bien es cierto que lo expuesto anteriormente sigue siendo un motivo importante para el emprendimiento femenino, incrementándose precisamente en estos momentos de crisis económica, no es menos cierto que otros motivos van teniendo cada vez más peso, lo que ha hecho que ese perfil se desdibuje y que cada vez sea más difícil encuadrar a las emprendedoras.
¿Cuáles son esos otros motivos que llevan a las mujeres españolas a crear sus propias empresas? Uno de ellos es el intento de muchas, en su mayoría con formación superior, que ocupan puestos de responsabilidad en las empresas, de conciliar vida familiar y laboral; es decir, deciden administrarse su propio tiempo arriesgándose a emprender y renunciando a sueldos en general altos. La conciliación es una asignatura pendiente en nuestro país donde se tienen las jornadas laborales más largas e irracionales de toda Europa y una de las menores productividades.
Otra razón es que ser emprendedora ya no es algo mal visto, sino que me atrevería a decir que casi lo contrario: algo que por otra parte las distintas administraciones han empezado a comprender y a incentivar. Los gobernantes se han dado cuenta de que apoyar a los emprendedores es apoyar a los empresarios, al empleo, al crecimiento, en definitiva, al desarrollo del país.
La elaboración de los planes de negocio, imprescindibles para iniciar las empresas con ciertas garantías de éxito nos lleva al paso siguiente y en el que tradicionalmente las emprendedoras encontraban un escollo mayor: la financiación.
Ofrecer una financiación adecuada y ayuda en la elaboración de los planes de negocio es una forma racional, práctica y justa de ayuda. Evidentemente, queda mucho camino por andar, pero nunca hasta ahora han sido las condiciones tan favorables para que las mujeres creen empresas y hagan crecer las ya existentes.
Julia Sainz, directora del departameto de Nueva Empresa de Avalmadrid.