
Semana de resurrección para el conjunto de la renta variable, con una recuperación particularmente intensa para los valores patrios. Ya tocaba. El escenario se mantiene por tanto intacto.
Intentaba finalizar mi tribuna de la semana pasada dando una pequeña clave operativa para lo que debía acontecer en ésta sin que me sintiese personalmente obligado a reconsiderar mis ideas de fondo. Difícilmente podría haber salido la cosa mejor. Le pedía al mercado, textualmente, "una semana de mejor comportamiento relativo en Europa frente a Estados Unidos, y algo de energía en la bolsa española". Lo sucedido fue mucho más que eso: tuvimos otra buena semana en Wall Street, cinco días en Europa para el reenganche en tendencia, y una semana de gloria en nuestro renqueante mercado; que, por correlación, se ponga la gente como se ponga con sus gráficos en la mano, no puede hacer otra cosa en la tendencia de fondo que seguir al mercado norteamericano. Pretender otra cosa es no tener en cuenta el pasado. Circunstancia chocante al menos cuando se habla de análisis técnico.
España no es "tan" diferente
No es nuestra primera crisis moderna, y quienes conocen el comportamiento del mercado de renta variable durante las anteriores saben perfectamente que vamos a seguir a Wall Street en tendencia. Es, simplemente, lo más probable; único lugar al que nos está permitido acercarnos a los humanos. Aunque tengamos más problemas y un índice "intuitivo" por bandera, pues una cosa es que intuya correcciones, y otra muy distinta es que sea el laboratorio donde se ensayan los cambios de tendencia. Existe cierta distancia entre ser solista y director de orquesta. Hasta ahí podía llegar nuestra prepotencia.
Así, siguiendo al mercado director, nuestros índices vivieron una semana de clara mejora relativa, cuestión facilitada por los acontecimientos en torno a Grecia. Tanto que las principales referencias nacionales pulverizaron resistencias de importancia. Y si bien la reconstrucción del Ibex 35 no es ideal, hay que reconocer que se produce desde su primera gran zona de soporte a medio/largo plazo, que su ruptura de soportes clave nunca ha sido apoyada por los principales índices internacionales, y que sí lo es el proyecto de vuelta al alza de otros índices patrios como el Ibex Top Dividendo -merece la pena navegar por Ecotrader estos días en eleconomista.es para ver lo que contamos sobre su aspecto gráfico-.
Reordenamiento alcista
Reconocía mi sorpresa la semana pasada por lo acontecido en Europa, consolándome con el hecho de que entenderlo resulta al final más o menos inútil. Luego, sin que comprenderlo o no te haya aportado demasiado hacerlo, las circunstancias conspiran para que las partes se pongan en su lugar y haya resultado conveniente no permitir que los árboles te impidan ver el bosque.
Los patrones de tipo cabeza y hombros invertido que confirmaron los índices europeos e incluso algunos norteamericanos como el Standard & Poor's 500 confirman que el conjunto del mercado está de vuelta a máximos desde las inmediaciones de su primera zona de soporte en tendencia. Más o menos, lo previsto. Así, en caída hacia el soporte disminuyes tu exposición, sobre éste empiezas a volver a incrementar, y cuando el mercado se afianza vas completando.
Así no bates al mercado todos los años, pero toleras mucho mejor los períodos de transición -lo que hace que cometas menos errores de precipitación- y te mantiene en una dinámica de ajuste que te permite estar fuera de mercado el día que llega el lobo. Y como le conté tantas veces antes de que llegara en 2008, tarde o temprano lo hace.
Para entender la importancia de esta cuestión me gusta recrearme en una de las frases que inmortalizó Thomas Jefferson, el tercer presidente de los Estados Unidos, quien afirmó que "el precio de la libertad es la vigilancia eterna".
Mirando al futuro
Pues mire, lo de siempre, no lo sé. Lo que sí sé es lo que yo busco, cuál es mi riesgo como asesor de inversiones. Si usted quiere saber más que el mercado puede mantener la idea de que estamos en un proceso lateral y vender en zona de máximos anuales según los vayan alcanzado los índices.
Yo, personalmente, prefiero ver qué sucede frente a ellos porque los objetivos mínimos de algunos patrones confirmados sugieren precios por encima de éstos y no me he olvidado, en absoluto, de la C de Barack. Como le he reconocido desde que empecé a operar con ese escenario como anclaje, para mí el mayor riesgo que se corre mientras no tengamos cinco grandes ondas desplegadas desde los mínimos de marzo de 2009 es perderse un mercado histórico.