Opinión

Editorial: Un Frob diluido es inaceptable

En julio contábamos en esta página cómo Stalin exigía a su retratista que le pintase tal como era... pero en una postura que camuflase sus defectos, desde la cojera hasta el ojo casi tuerto. Y planteábamos si el Banco de España iba a verse obligado a hacer algo parecido en el diseño del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria, pues tendría que acomodarlo al gusto de los políticos. Y visto el resultado parece que, en efecto, eso está haciendo: ha diluido la redacción del Real Decreto del Gobierno para rebajar las condiciones que impondrá a las entidades que reciban ayudas públicas. La normativa que ha elaborado el Comité Rector del Frob no obliga a un redimensionamiento de la capacidad productiva, a menos que las ayudas superen el 2 por ciento de los activos ponderados por riesgo. Cierto que en la práctica todas las cajas están cerrando sucursales, pero esto no impide que más tarde puedan aprovechar ese impulso público para expandirse y hacer la competencia a entidades que no han tenido el apoyo del Estado. Otro tanto sucede en el caso de que no se devolviesen los fondos. El decreto aprobado por el Ejecutivo afirmaba que se subastarían activos de la entidad, algo que ya no se incluye en la normativa. Parece claro que el Banco de España ha adaptado el Frob para que sea más digerible para políticos y gestores. Sin embargo, no se puede conceder dinero del erario público sin condiciones muy duras. Esa indulgencia abona el terreno para que se den más dificultades en el futuro. El saneamiento sólo será completo si hay un castigo proporcional que elimina la tentación a recaer en comportamientos pasados.

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