Gerardo Díaz Ferrán y Gonzalo Pascual preparan una plausible ruta de escape para sus problemas financieros. Negocia con sus acredores una venta ordenada de activos no contaminados por deuda, a cambio de que estas entidades inyecten liquidez en Marsans.
Como botón de muestra, la empresa ya ha vendido dos líneas de autobuses muy rentables que transitaban entre Madrid y las proximidades. La compra de aviones realizada por Air Comet, ahora en suspensión de pagos, lastra a todo el grupo. Sin embargo, el jefe de la patronal intenta, mediante esta operación con la banca, remontar el vuelo; aunque sea a costa de vender incluso patrimonio personal. La pregunta es si esto podrá ser suficiente, después de haber recibido tantos ataques. Díaz Ferrán envía un mensaje claro: no tirará la toalla.