
Tremenda semana de ida y vuelta para la renta variable. El temor que le expresaba en mi tribuna de la semana pasada fue cuajando para convertirse en órdenes de venta...
Detesto el reggaeton. Esa música que convirtió en excitant0o, última creación decadente de los entonces afamados Stock, Aitken & Watermande, allá por los años 80. Sabrina y sus poderosas curvas, sólo comparables a las oscilaciones de un mercado volátil en el que trabajas apalancando tu inversión, dieron mucho que hablar en aquellos tiempos.
Entonces las hormonas no me permitían pensar ordenadamente, de modo que confesaré que yo también flipé con su Boys. Pero las curvas, con los años, me han ido pareciendo cada vez más y más peligrosas. Curiosamente, me dedico a algo que no puede sino tenerlas. Castigo de los dioses; justo, si tengo en cuenta lo que hubiera hecho yo entonces por Sabrina Salerno.
El reggaeton me ha cogido mayor, con poco pelo y eso ayuda, pues la objetividad es directamente proporcional a los años y a tu falta de recursos para concentrarte en actividades de alto contenido químico. Por tanto, voy a decirle que esta danza no es de mi gusto y que, además, tener que bailarla me toca la moral por mucho que otra cosa pareciera improbable considerando esas encuestas de sentimiento de las que tantas veces le hablo cuando me parece necesario cuestionarme la tendencia. Le confesaba la semana pasada para acabar esta tribuna que tenía más miedo que siete viejas; y al cierre de semanal es justo reconocer que las yayas se han pegado un meneo de ida y vuelta, que invita a pensar en que la tendencia debe ser corregida antes de que el camino alcista pueda retomarse. Lo que procede operativamente se conoce como tener que echar mano escenario alternativo.
La semana de ida y vuelta que cerrábamos ayer, especialmente intensa en Europa, supone el despliegue de lo que los técnicos denominamos patrón envolvente bajista -un tipo de pauta de velas japonesas-. Y como su mismo nombre indica, no huele a rosas para los alcistas.
La vela negra desplegada por el Ibex 35 o el Eurostoxx 50, en zonas de resistencia creciente en los gráficos diarios, -pueden verse además pequeños patrones de cabeza y hombros que la refuerzan-, es una advertencia sobre la posibilidad de un techo de corto plazo en zona de resistencia; lo que vuelve a ensalzar el mito del Ibex 35. Ese índice capaz de desafiar al mundo, al no romper la zona de altos previos, mientras todos suben cómodamente y, al final, llevarse hasta a los norteamericanos al huerto. El índice es una castaña, pero tiene algo que me pone más de lo que me ponía Sabrina en los ochenta. Al final, cada uno se centra en aquello que tiene a mano, oiga.
¿Seguimos en lateral?
Ya hace semanas que las cosas del sentimiento están marcando lecturas no vistas desde los mejores tiempos, niveles desconocidos para el mercado desde 2007. Y claro, esas son palabras mayores.
Y esta semana no defraudó en ese aspecto, atendiendo a la encuesta de la agencia Bloomberg de la que daba cuenta elEconomista.es el miércoles. Según la Bloomberg Professional Confidence, realizada a principios de mes entre más de 4.000 usuarios, por primera vez desde 2007 se esperaba un crecimiento de los beneficios, especialmente en Estados Unidos, donde el sentimiento ha rebasado los 50 puntos por segunda vez en la historia de la encuesta. Los datos para otros países son igualmente concluyentes.
También otros modos de medir el sentimiento inversor dieron un nuevo paso hacia el extremo. Y aunque es cierto que un mercado en tendencia está la mayoría del tiempo en lecturas elevadas, actualmente llevamos demasiado tiempo en zonas extremas y tocando ya niveles de alto voltaje.
A mi juicio, con patrones como los que tenemos ya en los mercados es hora de asumir el mensaje de la teoría de opinión contraria: demasiados alcistas para subir sosteniblemente.
Hace unas semanas les hablé de un triángulo poco amoroso que anunciaba salida alcista. Hoy debo decir que pienso que aquel triángulo no fue toda la corrección, sino parte de una parte de ésta, parte del movimiento al alza en forma de subonda B que debe tener una plana. Y una plana tiene todo el sentido en términos de teoría de onda, pues alterna con el zigzag de la primera -julio/julio de 2009- y es más compleja que aquélla. El triángulo también lo hacía.
Por tanto, me temo que aunque la tendencia sigue en pie -como las ideas derivadas de mi C de Barack-, vamos a tener que asistir a una corrección seria que debería llevar al Ibex 35 hacia los 11.000 puntos y al Eurostoxx 50 hacia los 2.600. Y eso pide un ajuste en la exposición a la renta variable.