Opinión

Análisis: ¿Hasta que la liquidez nos separe?

Semana de consistentes ganancias en la que resucitó la segunda y tercera fila. Nuevo paso adelante

en el proceso de recuperación del mercado de renta variable iniciado en marzo.

Complicado mercado el que lidian los analistas, pues difícilmente puede decirse que se haya visto algo semejante muchas veces antes. Vivimos en un territorio anómalo estadísticamente hablando, y eso debería condicionar la visión de todos los que intentamos acercarnos al mercado. Por ello sistemas de trading y métodos de análisis de la salud de la tendencia han tenido tantos problemas durante el mercado bajista de 2008 y han visto cómo se repetía la historia durante la recuperación de 2009, en la que mientras no se demuestre lo contrario seguimos. Parece que estamos en un mercado anormalmente alcista, más allá de que tenga o no sentido con la que está cayendo en la calle y aquello desde lo que nos recuperamos.

¿Sin sentimiento?

Le cuento esto porque con un registro históricamente elevado en el nivel de sentimiento alcista de la AAII (Asociación Americana de Inversores Individuales), con el diferencial entre alcistas y bajistas en zona extrema aunque no completamente extremado en la encuesta de Investors Intelligence, y con un ratio put/call virando al alza desde zona también extrema -al menos en la media de 10 días, que es la que suele usarse para cronometrar los tiempos del mercado en el corto plazo-, lo normal hubiese sido que ayer el mercado hubiese caído con fuerza tras la publicación del dato de desempleo norteamericano. Con este tipo de condicionantes, la tendencia es vulnerable a una corrección. Pero lo cierto es que el mercado lo resiste todo, que las noticias han dejado de ser horribles para ser inesperadamente buenas, que la volatilidad sigue bajando, y que son muchos, mayoría quizá, los que se han quedado fuera del alza nacida en marzo.

Hubo intento de vuelta en un día en la jornada del viernes tras el dato de desempleo en EEUU y, sin embargo, se batieron al cierre semana las referencias psicológicas de los 3.000 puntos del EuroStoxx 50; los 6.000, del Dax30 alemán; y los 4.000 puntos, del Cac40 francés.

El Dow Jones Transportes, por su parte, borró de un plumazo dos sesiones de inquietante divergencia contra el Industrial, mientras que el Standard & Poor´s 500 se mantenía pegado a su zona de resistencia clave, para desplegar otro avance semanal pese al sentimiento extremadamente alcista de los citados índices. Claro que tampoco es la primera vez que vemos algo así, y mucho menos aún la primera vez que lo que sucede es bastante diferente a lo que debería estar pasado en una situación "normal".

La tendencia tiene demasiados adeptos para una ruptura de alta fiabilidad, pero, de momento, el mercado sigue intentándolo mientras presiona el techo del movimiento triangular, que puede verse en el gráfico del futuro del S&P 500 -arriba a la derecha-.

Medianos y pequeños, al alza

En nuestro país, además, el mercado se permitió el lujo asiático de congregar a los valores de segunda y tercera fila como no lo había hecho desde el tercer trimestre de 2009. También es cierto que el Ibex 35 se mostró algo más apático y en ningún momento batió su zona de resistencia creciente, como puede verse en el primero de los charts.

Dicen que al final es cuestión de dinero -liquidez que por cierto ya van decrementando algunos bancos centrales (esta semana se sumó el de China)-, que ésta lo inunda todo y poco se puede hacer contra ella. Nunca hubo tanta en el sistema y que eso lo desvirtúa absolutamente todo, haciendo inútil cualquier análisis que quiera sofisticarse un poco más allá del más simple y básico seguimiento del mercado en tendencia. Es divertido escuchar cómo pronunciamos con solemnidad los argumentos que respaldan la acción de los precios y cuánto nos cuesta hacer lo contrario. El poder hipnótico de las pantallas es realmente grande para la inmensa mayoría.

A mi juicio, lo que sucede no es normal, pero podemos seguir así algún tiempo más. O al menos, como ya le dije en alguna ocasión durante 2009, en términos de oportunidad es razonable asumir el riesgo de que el chiringuito se nos venga abajo.

Con stops más agresivos, echando mano del acordeón -recuerde que lo pongo siempre como símil de la contracción/expansión de la exposición de su cartera-, servidor piensa que lo improbable lo es menos esta vez. Debo reconocerle, de corazón, que tengo más miedo que siete viejas porque los argumentos para dudar de la sostenibilidad de la tendencia son poderosos. Pese a ello, al menos por el momento, sigo en tendencia.

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