
Si bien hubo descensos notables en algún índice -no puede ganar siempre el Ibex 35-, lo cierto es que lo visto es sólo otra parte más del lateral en el que estamos desde hace semanas.
Me dirá usted cuando se lo cuente que a falta de pan, buenas son tortas. Y con resignación y arrugando la frente, le contestaré que es lo que hay y que en realidad deberíamos darnos con un canto en los dientes.
Y es que los inversores seguimos confundidos, muy confundidos, en nuestro continuo esfuerzo por saber qué tipo de animal se sacará el mercado de la chistera. Conejo, toro u oso; lateral, alcista o bajista, la cuestión nos supera casi siempre tan ampliamente a casi todos, que aquellos que practicamos el empirismo crítico lo aceptamos con resignación cristiana.
Sí, ya sé que estoy siempre con la misma canción, pero es que como escucho por todas partes otra que no tiene que ver nada con la aceptación de nuestra pequeñez ante un ser vivo reflexivo y complejo como es el mercado -a saber, soy analista y puede usted estar seguro de que el mercado va a terminar el año en (ponga la cifra que le resulte más simpática, que al fin y al cabo es como se hacen las cosas)-, pues nunca tengo la sensación de que repetirme deje de tener su sentido. Y es que tuve la suerte de ser educado en La Sagrada Familia, por un cura italiano entre otros -a los que recuerdo con sincero afecto en la mayoría de los casos- que me decía siempre (imaginen a un pequeño sacerdote italiano de piel cetrina que habla castellano cantando): "Doblado, por lo que más quieras, ya basta de ejercer de abogado de todas las causas perdidas". Que me voy, que me voy, discúlpeme?
La tendencia es alcista
Estaba confesando mi más absoluta ignorancia en relación con el animalito que tendrá a bien salir de la caprichosa chistera del mercado, no sin por ello desear compartir con usted que me siento más bien feliz con la situación. Y es que las referencias son clarísimas; circunstancia más bien anormal. Son tan claras que si nos hubieran puesto semejante caramelo en la puerta en marzo, más de un técnico no llevaría meses negando la mayor. La tendencia es alcista, y no va a dejar de serlo mientras no caigan los soportes clave. Y no ha caído ninguno. Más, esta semana hemos visto de nuevo al Standard & Poor´s 500 renacer desde su soporte clave, los 1.185 puntos del contado del índice, por donde discurre el primer nivel de demanda horizontal y directriz alcista.
Es bien cierto que tenemos divergencias, que al mercado le falta profundidad y volumen e, incluso, que el euro/dólar se está deteriorando de un modo que realmente me preocupa salvo que contemplemos la idea que ya le abría la semana pasada: el cambio de paradigma en el proceso alcista, que viraría desde las expectativas a los datos económicos; algo que podría haber empezado con el dato de desempleo norteamericano conocido la semana pasada.
En ese sentido cabe señalar la fuerte corrección que están viviendo los mercados de bonos, que parecen recuperar una correlación inversa, que debía retomarse en algún momento, y que llega justo cuando se nos ofrece el citado cambio de paradigma en el euro/dólar. Y si cambia éste, si es la economía la que empieza a justificar los movimientos de un mercado que venía desafiándola, puede que veamos cómo la bolsa gana volumen, a recuperar profundidad, y a solucionar divergencias, que merece la pena recordar, que son sólo advertencias sujetas a la acción del precio. Y el precio sigue en lateral desde hace muchas semanas.
Sin saber si será toro u oso finalmente, y afirmando que hemos visto un movimiento alcista desde los niveles de soporte -eso incluye al mercado español si en lugar de tomar al descompensado Ibex 35 considerásemos como referencia al maltratado Ibex Smallcaps, que ayer vivía una jornada por todo lo alto-, sigo considerando que mi obligación es contener mi exposición en tiempos de incertidumbre técnica, pero sin renunciar a la tendencia. Ésta es alcista mientras no se demuestre lo contrario, sabiendo que las referencias me permitirán reaccionar con inusual rapidez si en los próximos días caen los soportes. Como sabe, más que un analista, me considero un trader, alguien dedicado a controlar los riesgos.
Respeto a los bajistas y a los alcistas, e intento moverme en ambas clases de tendencia, de modo en que mi cliente tipo sienta que existe un equilibrio entre oportunidades y riesgos. Sin buscar excusas. Puedo incluso pasar algo de hambre, como en estos tiempos de mercado alcista y sin dirección, pero nunca aceptaré el rol del que no hace nada. Cuentan en Wall Street que los toros ganan, que los osos ganan, y que sólo los cerdos se desangran. Esta vez el mercado está claramente definido, así que, por favor, reaccione si los precios salen en su contra.