
Si usted es un líder desde hace tiempo o un empleado que acaba de empezar, asegúrese de que todo lo que usted haga revaloriza la dignidad humana.
De acuerdo, quizá ese consejo suena un poco vago, pero seguramente puede captar la tendencia. La gente de negocios tiene que enfrentar dilemas y tomar decisiones duras cada día. Puede tratar de resolverlas siguiendo sus instintos. Puede no hacer nada y esperar que pase lo mejor. Puede protegerse haciendo política. O puede hacer sus elecciones basándose en el principio indiscutible de que todos los empleados tienen el derecho de que sus voces sean escuchadas y a ser tratados con respeto.
No, no nos hemos ablandado. Esto es algo que hemos dicho antes. Y no es sólo la decisión acertada desde una perspectiva moral, sino que además hace que una compañía sea más competitiva.
La importancia de ser un buen jefe
Los gerentes deben explicar los actos de los empleados de mayor rango. Y por supuesto que deben hacerlo bien. Los gerentes deben asegurarse de no satanizar a nadie y proporcionar explicaciones acerca de por qué se le pidió a Joe que se fuera o por qué Mary fue trasladada a la oficina de Hong Kong. Todo esto puede ser la oportunidad de grandes enseñanzas: "Joe es un hombre agradable y le deseamos lo mejor, pero no demostró el valor clave para la compañía de compartir ideas a través de unidades de negocios", podría decir usted, o "Mary fue trasladada porque ella es una de las mejores, pero para avanzar en esta organización es necesario tener experiencia global".
En última instancia, tal franqueza da a los empleados las herramientas con las que pueden controlar sus propios destinos. Saben qué tipos de comportamiento son recompensados por la compañía y cuáles no, en lugar de tener que adivinar. Ese conocimiento les permite hacer ajustes, si son necesarios, y planear los años venideros en consecuencia. Les da poder.
En cuanto al dilema acerca de dirigir empleados que hacen un trabajo aburrido: una vez más, si se parte de la perspectiva de tratar a la gente con dignidad, la solución es clara. Como líder, es imperativo que busque formas de darle al trabajo excitación y significado, sin importar lo mundano que sea. Así que celebre las pequeñas victorias y los hitos, y recompense a los empleados que superan la norma. Y he aquí una oportunidad para dar a la gente la ocasión de ser escuchada: lleve a cabo regularmente reuniones de generación de ideas, y cuando alguien idee una mejoría en el proceso, hónrelo como héroe.
¿Suena muy difícil? Lo es. Pero ser un gerente requiere que anime y comprometa a su equipo, alentando a cada persona a sentirse orgullosa de lo que hace.
Desavenencias con los superiores
Y por otro lado, está el asunto del jefe que es "un hombre muerto caminando"... algo muy común en épocas recesionarias como ésta, cuando las compañías buscan formas de recortar costes. En ocasiones, es necesaria una purga para retirar a gerentes incompetentes, pero con igual frecuencia así se provoca la salida de gente buena que sencillamente no ha rendido lo suficientemente bien.
En estos casos, es sólo humano querer mantener cierta distancia de la persona cuyo empleo ya no está seguro. La gente no quiere ser asociada con gente que se va a ir, o simplemente no saben qué decir. Es algo muy embarazoso. Así que se quedan ocultos en sus oficinas o discretamente tratan de ganarse la buena voluntad del jefe, de su jefe, por si acaso.
Intente algo más. Empiece una conversación con el jefe saliente, mírelo a los ojos y resista la tentación de evitar el tema en cualquier e-mail. Su compasión ayudará a mantener al equipo funcionando, y durante varios años su decencia será recordada, como manifestación de su carácter.
Mire, nuestro trabajo aquí no es recordar a todos que deben hacerse agradables, y algunos quizá se pregunten si vamos a discutir cómo ayudar a las compañías a ganar. Pero dar a los empleados la oportunidad de emitir sus opiniones y tratarlos con respeto, muy afortunadamente, simplemente hace eso. Cuando tenga una pregunta acerca de su gente, cualquiera que sea, estos dos principios son una gran parte de la respuesta.