
Que se acerca el invierno lo llevamos repitiendo nada menos que más diez años, concretamente desde aquel abril de 2011 cuando se estrenó el episodio piloto de 'Juego de Tronos' bajo el título homónimo en inglés, Winter is coming. A estas alturas poco importa si has visto o no la serie. La expresión ya trasciende a la ficción de HBO y ha sido adoptada por todos nosotros cuando nos referimos a ese peligro cargado de inseguridades que vamos a encontrarnos a la vuelta de la esquina.
Las familias españolas, sin embargo, parecen vivir en un invierno constante. El último ejemplo lo encontramos en el latigazo inflacionista que ha impacto de lleno contra el poder adquisitivo de los hogares, lo que supone una nueva de tuerca para ese gestor familiar que observa cómo la incertidumbre sigue siendo su fiel compañera de viaje día tras día. Reconozcámoslo: son tiempos difíciles para hacerse el héroe. Con todo en contra, cualquiera hubiese hincado las rodillas hasta quedar completamente cubierto por la nieve, pero nuestros gestores familiares, en cambio, tienen un espíritu muy diferente a la hora de afrontar inclemencias.
Y es que tanto ellas como ellos son líderes natos, dotados de un talento especial que no se enseña en las escuelas de negocio, profesionales que superan desafíos en silencio como aquellos centrocampistas que sin tocar la pelota hacen de su equipo el mejor de la competición, un fenómeno sólo equiparable a la labor del trabajador esencial, muy reconocida durante los meses más amargos de la pandemia, con el añadido de que nuestro gestor familiar, que ahora empieza a conocerse como Cuidker, ha sido, es y será un empleado esencial 24/7, los 365 días del año.
Antes de continuar, consideremos la acepción de esta figura como la responsable en la toma de decisiones en la empresa más compleja que existe: su propia familia. El CEO familiar parte de un acelerado proceso de aprendizaje que desemboca en su poder de influencia notorio, pulido este a golpe de experiencia en la gestión del hogar, requisito sine qua non para ejercer sus funciones. Poco a poco, nuestro CEO irá concentrando a todos los departamentos que ustedes puedan imaginar en su única y vitalicia figura.
El primero de ellos, por supuesto, es el departamento financiero. Es habitual que la mala gestión de este acabe afectando de forma negativa al resto, pues aunque el dinero no dé la felicidad, sí ayuda a que muchos problemas desaparezcan. Nuestro gestor familiar es consciente de ello, por eso ha tratado de cuadrar el presupuesto doméstico y hacer frente a la incesante escalada de precios que han experimentado los suministros del hogar, como la luz, el agua o el gas. Son hogares españoles como el suyo los que han destinado una media del 5% de sus ingresos anuales para pagarlos, unos 1.345 euros al año, según un estudio publicado por de AIS Group.
Por no hablar de la cesta de la compra, que según apunta la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) estas subidas del coste de la energía están afectando también a la producción y el transporte de productos de alimentación: desde enero de 2021, el IPC de los alimentos y bebidas no alcohólicas se ha incrementado un 1,5 %. En lo que va de año, las partidas que más han subido son los aceites y las grasas (20 %), el agua mineral, los refrescos y los zumos (7,4 %), la fruta fresca (4,6 %), los huevos (3,5 %) y la carne de ave (3 %).
Otro departamento que le ha costado horas de sueño a nuestro CEO familiar es el de Prevención de Riesgos Laborales. Lo que antes se limitaba a una parcela relativamente pequeña del hogar familiar, donde se incluían las revisiones anuales de salud y las enfermedades comunes que descalabraban momentáneamente el equilibrio en casa, es ahora una fuente de preocupaciones e incertidumbre que han conseguido que nuestro CEO se licencie con honores en la Universidad del Covid en tiempo récord.
Otro pilar fundamental del CEO doméstico es el departamento de Recursos Humanos, aquel en el que se enmarca la máxima: El activo más valioso de la empresa son quienes la componen… La pandemia puso a prueba al gestor familiar, le forzó a inventar nuevas rutinas para acomodar a sus equipos, establecer nuevas formas de convivencia para sobrevivir entre las paredes de su hogar y le obligó a lidiar con niños que poco entendían de confinamientos forzosos, adolescentes desquiciados y parejas al borde de un ataque de nervios y a pesar de tenerlo todo en su contra logró salir victorioso y reforzado. Solo por eso, los gestores familiares se merecen un monumento o una calle o un día internacional que les recuerde el valor de su gestión.
A día de hoy, tras una infinidad de amagos en esa vuelta a la «nueva normalidad», aún se sigue preguntando si efectivamente habremos vencido al virus. En su cabeza se pasea el fantasma de una nueva ola de contagios que llegaría bajo el sello de la variante Ómicron, según han señalado varios medios de comunicación en los últimos días. En cualquier caso, nuestro CEO familiar se sabe preparado para afrontar este otro invierno, ahora con la experiencia vital del anterior.
Entre los departamentos no podía faltar Logística y Operaciones. Si bien sus tareas deberían desarrollarse bajo la misma cotidianeidad con la que el sol sale cada mañana, el verdadero desafío reside en los más pequeños de la casa, quienes intentaran usurpar el sillón de nuestro CEO a cada instante para tomar el control más absoluto de la empresa. Aunque muchas veces el agotamiento nos tiente a dejar el control de la vida familiar en manos de esta escisión radical de la 'Patrulla Canina', toca rearmarnos desde nuestra posición para establecer una serie de normas que tan necesarias como difíciles resulta aplicar cuando se trata de lo más preciado que tenemos.
Sin embargo, a menudo olvidamos que la imperiosa necesidad por cuidar de todo y de todos comienza por el bienestar con uno mismo, algo que bien merecería un departamento propio. Como si de cualquier otra ola de contagios se tratase, hemos de adoptar mecanismos preventivos que sirvan para atajar el aumento de casos de depresión y ansiedad que se está registrando de manera alarmante. El bienestar personal, especialmente el de los gestores familiares, ha quedado relegado e incluso considerado un lujo inaccesible para el que no hay tiempo en la frenética vida doméstica. Pero si algo es cierto es que el bienestar personal requiere de herramientas específicas para hacerle frente con garantía de éxito.
No existe un manual de buenas prácticas para cada CEO ni tampoco un libro de instrucciones que resuelva a los gestores familiares su titánica labor diaria, pero ambos coinciden en la necesidad de rodearse de expertos que les orienten y reafirmen su liderazgo. Si los primeros encuentran en el coaching y mentoring un enfoque integral de su desempeño, los segundos puede presumir ahora de Cuidkers, la plataforma digital que ofrece soluciones compartidas frente a todos aquellos desafíos que ocupan – y preocupan – a la figura del gestor familiar.
Ha llegado el momento de afrontar juntos los desafíos con el objetivo de crecer, compartir ideas y dotarnos de respuestas los unos a los otros para alcanzar soluciones comunes, pues como decía el poeta Ángel González, «nadie recuerda un invierno tan frío como éste».