Opinión

¿Qué nos deparará el consumo navideño?

Foto: Dreamstime

Según los datos de la plataforma de estudios del comprador Aecoc Shopperview, nueve de cada diez consumidores disfruta con todo lo relacionado con la Navidad: los regalos, la decoración, las luces y, como no, las compras. Son días especiales en los que los productos premium incrementan su presencia en los carros de la compra.

Durante las Navidades los consumidores españoles gastan un 20% más en su cesta semanal, ya que incorporan a esta productos más exclusivos e innovadores para sorprender a familiares y amigos. Además, en los últimos años hemos adoptado tradiciones de otros países, adelantando así en el calendario el arranque de estas fiestas.

De hecho, el Black Friday marca ya el inicio de la temporada navideña y se ha convertido en una de las fechas señaladas en rojo en el calendario de los retailers, con crecimientos de ventas interanuales por encima del 20% en los artículos de tecnología -los grandes destinatarios de las ofertas-.

Hoy, cuesta encontrar un minorista que no ofrezca descuentos de vértigo en las últimas semanas de noviembre. Sin duda, una gran oportunidad para los consumidores, pero también un riesgo creciente para los distribuidores, que, según indican, se ven empujados a una lucha por ofrecer el precio más bajo que acaba laminando sus márgenes de beneficios.

Éxito del black friday

Su éxito comercial y la saturación de operadores hace que el sector indique que el Black Friday ha tocado techo. ¿Significa eso que este día pierde relevancia? Nada más lejos de la realidad. Sin registrar los espectaculares datos de crecimientos de sus inicios, esta fecha sigue en tendencia alcista y, para los productos tecnológicos, volverá a ser el día de compras más relevante del periodo navideño.

Sin embargo, cada vez son más los distribuidores que buscan nuevos huecos en el calendario para diferenciarse de la competencia y encontrar espacios menos saturados en los que ofrecer descuentos atractivos, que no afecten tanto al beneficio obtenido por cada venta.

Desde Aecoc observamos dos tendencias: los operadores que están distribuyendo sus ofertas a lo largo de todo el periodo navideño y aquellos que se adelantan al Black Friday con el Día del Soltero, una fecha promocional con un grado de penetración masivo en Asia gracias al impulso de Alibaba, pero aún minoritaria en España. No debería extrañarnos si, en unos años, los primeros acordes navideños se escuchan el 11 de noviembre.

Volviendo al presente, en Aecoc prevemos una Navidad positiva para el consumo. Este año debería mantenerse el crecimiento de los últimos tiempos, con incrementos aproximados del 26% del gasto en productos frescos y un 16% en productos envasados respecto al resto del año. También el canal online será relevante en el incremento de ventas de tecnología, estuches de fragancias, dulces navideños, vinos y espumosos.

Nubes en el horizonte

Los indicadores son, a priori, positivos, si bien debemos mirar a un futuro en el que se vislumbran algunas nubes. La palabra "ralentización" se repite en los análisis económicos de 2019 y la inestabilidad en la que estamos inmersos tiene un innegable impacto en el consumo. Es cierto que España sigue con ratios de crecimiento superiores a los del conjunto de la Unión Europea, en la que países como Alemania llevan diversos trimestres rozando los números rojos, pero la economía española está claramente condicionada por una incertidumbre política que afecta al consumo.

El temor social a la llegada de una nueva crisis y la situación de parálisis política vivida en 2019 han llevado al máximo los niveles de ahorro de los consumidores y al mínimo sus niveles de confianza, que han caído a las cifras de 2014, cuando empezábamos a salir de la crisis. Estos dos datos atacan directamente al crecimiento y al consumo, que este año registrará una subida por debajo del 2% y para 2020 se situará entorno al 1,6% según la OCDE.

En un contexto como éste todo parece apuntar a que tendremos unas buenas navidades en términos de consumo. El ambiente en las calles y las luces de Navidad siempre mejoran el ánimo del consumidor, pero debemos mirar más allá. Es urgente recuperar la estabilidad, en especial de cara al próximo año, porque no hay nada peor para el consumo que la incertidumbre.

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