
Barcelona, 28 nov (EFE).- El Consejo Regulador de la Denominación de Origen Cava estudia lanzar un sello "premium" que distinga a los cavas de más calidad del mercado en el marco de una estrategia que persigue prestigiar esta bebida y aumentar su rentabilidad nacional e internacional.
Ésta es una de las principales iniciativas en las que trabaja el equipo del presidente de la Denominación de Origen (DO) Cava, Javier Pagés, que asumió esta responsabilidad a mediados del pasado mes de agosto.
"Queremos que la DO Cava gane atractivo y sea más rentable, lo que pasa por valorizar y prestigiar el cava a los ojos de los consumidores", ha asegurado hoy Pagés, en declaraciones a los periodistas.
La DO Cava, la segunda más importante del mundo en la categoría de vino espumoso, vendió en 2017 en todo el mundo un total de 252 millones de botellas, cifra que los productores confían en mantener o superar muy ligeramente este 2018, ante la perspectiva de una buena campaña de Navidad.
Para competir en un mercado global en el que destaca la oferta de los espumosos de Francia o Italia, Pagés ha subrayado la necesidad en presentar al consumidor "una segmentación clara" del cava, entre el "premium" y el "cava básico".
Bajo la denominación de "premium" se encontrarían, en principio, los Reserva, Gran Reserva y Gran Paraje, con crianzas más largas de a partir de los 15 meses, aunque algún Reserva podría ver como peligra su presencia en la lista de los más selectos ya que la DO estudia incorporar exigencias relativas a la extracción del mosto o el uso de las viñas.
Además de la creación de este nuevo sello, el Consejo Regulador también estudia incorporar un distintivo de autenticidad, que garantice que se cumple todo aquello que aparece en la etiqueta de la botella.
Por último, Pagés ha insistido en la necesidad de impulsar el conocimiento entre los consumidores de los cavas que se elaboran y divulgar su personalidad propia, para lo que plantean multiplicar por tres y por cuatro la inversión actual para el capítulo de promoción, que ronda ahora los 800.000 euros anuales.
Bajo la DO Cava, conviven en la actualidad 6.700 viticultores que trabajan un total de 38.000 hectáreas y 388 bodegas, y que exportan a un centenar de países de todo el mundo.
Respecto a las ventas previstas para este 2018, Pagés ha destacado que será "un buen año", al mismo nivel que lo fue 2017, cuando el cava superó la crisis que arrastraba y creció un 3 %.
Con un incremento del 2 % de las ventas en el exterior, el mercado internacional funciona mejor que el nacional, que hasta septiembre registra una caída del 5 %, aunque el sector confía en mejorar algo en los próximos meses y reducir así el descenso.
Los principales mercados exteriores del cava son, por este orden, Alemania, Bélgica, Reino Unido, USA, Francia y Japón.
Pagés ha destacado que, mientras que el número de botellas vendidas se mantiene más o menos estable, su valor se está incrementando alrededor del 4 % debido al alza de los precios, en especial en la hostelería.
Respecto a la asociación Corpinnat, que aglutina a siete bodegas, y que dudan en entrar en la DO Cava, Pagés ha abogado por "la unidad del sector" para competir con más fuerza con los vinos espumosos elaborados en el extranjero como el champán francés y el prosecco italiano.