
Mientras que en otros países eso de posicionarse políticamente está considerado un hecho tabú, en Estados Unidos opina hasta el apuntador. Con la que está cayendo sobre la economía del país y con Wall Street viviendo un punto de inflexión, grandes figuras del campo socioeconómico no han dudado en apoyar la candidatura del senador demócrata de Illinois, Barack Obama.
Desde que anunciase sus aspiraciones presidenciales, el afroamericano ha contado con el apoyo incondicional del gurú de las inversiones, George Soros. Además de donar más de 60.000 dólares a la campaña del demócrata, el capitán de uno de los hedge funds más importantes del mundo se ha propuesto tirar por tierra cualquier decisión tomada por el gobierno federal para solventar la debacle económica del país.
"Me temo que no hemos tocado fondo, creo que todavía vamos de cabeza a una nueva tormenta en lugar de escapar de ella", aseguró durante una entrevista a la BBC.
Por otro lado, el profesor de la Universidad de Columbia y Premion Nobel de Economía en 2001, Joseph Stiglitz, no tuvo ningún reparo en reconocer en una entrevista con Nathan Gardels, del blog Huffington Post, que "Obama tiene las cosas mucho más claras, su diagnóstico de que nuestra economía esta desesperadamente fuera de forma es completamente correcta".
"Es cierto que EEUU tiene gente con talento, grandes universidades y un sector tecnológico muy desarrollado pero el sector financiero juega un papel demasiado importante en la economía del país contabilizando cerca del 30% de los beneficios corporativos", aseguró.
Stiglitz coincidió con Obama en afirmar que aquellos que han dirigido las entidades financieras de Wall Street se han llenado los bolsillos aludiendo que sabían controlar el riesgo que estaban asumiendo. Además dijo que el crecimiento económico estadounidense durante estos últimos cinco años ha estado basado en una burbuja inmobiliaria, que "ya ha explotado".
La pregunta para muchos es si es adecuado que esta clase de personalidades sigan instigando una guerra económica en un momento en que la necesidad por calmar la tempestad es más que necesaria.
Otros pesos pesados como del mundo de los negocios como Rupert Murdoch, dueño de News Corp, han mostrado su favor por el ticket McCain/ Palin. Durante una entrevista con la cadena Fox, Murdoch dejó claro que le "gusta" Obama pero que cree que "su política antiglobalización, su proteccionismo.. van a ser todo un problema para la inflación estadounidense". "Va a haber muchas compañías que abandonen el país si se aplica esta política económica naïve y pasada de moda", auguró.
El candidato republicano a la presidencia, John McCain, ha señalado a Warren Buffett, el Santo Grial de los inversores estadounidenses y capitán de Berkshire Hathaway como "el salvador de la economía de EEUU". El senador de Arizona cree que Buffett, que apoya abiertamente a Obama en la carrera presidencial, es la persona indicada para manejar los activos tóxicos que se compren en el macroplan de 700.000 millones de dólares propuesto por el Departamento del Tesoro de EE.UU.
Obama y McCain quieren dejar huella en Wall Street
Los candidatos presidenciales a la Casa Blanca han irrumpido en medio de la resaca provocada por la quiebra de Lehman Brothers, la compra de Merrill Lynch y el resacate de la aseguradora American International Group con un claro mensaje: la necesidad de endurecer el marco regulador de los sistemas financieros.
Los acontecimientos, que culminaron el viernes con la presentación por parte de las autoridades federales de un macroplan de casi 700.000 millones de dólares, parecen haber anulado el efecto "Sarah Palin" y han dado la vuelta a las encuestas electorales, donde el senador demócrata, Barack Obama, parece ser el favorito para solventar los problemas económicos de EE.UU.
Una encuesta de la Universidad de Quinnipac publicada el pasado jueves daba un 49% de la confianza al demócrata mientras su contrincante republicano, John McCain, se quedaba con un discreto 45%. Por otro lado, el sondeo de la cadena CBS y el New York Times apuntaba que Obama se llevaría el 48% de los votos frente al 43 por ciento que se llevaría el veterano de Vietnam. La encuesta diaria de Gallup sitúa al demócrata cuatro puntos por delante mientras que Rasmussen apunta al empate en el 48%.
Sin embargo, en el currículo del senador demócrata, Barack Obama, no existe ni un indicio de su experiencia en estos menesteres mientras que el cuarto de siglo que su homólogo republicano, John McCain, ha merodeado por la Cámara Alta sus acciones siempre han apuntado hacia una profunda desregularización. Con la que está cayendo, muchos se preguntan que podrán aportar ambos políticos sin haber, ni siquiera, haber liderado en su vida ninguno de los comités financieros del Senado de EEUU.
Tom Gallagher, director de investigaciones del Grupo Internacional de Estrategias e Inversiones, con sede en Washington, explicaba a la agencia Bloomberg que "McCain es un desregulador nato, al tiempo que Obama carece de ningún precedente que permita calificarle". "Con esta base podríamos decir que quizás la situación beneficia más al partido demócrata", añadió.
Aún así tanto Obama como McCain cuentan en sus filas con consejeros que han contribuido al barrizal que entierra a la clase financiera de Wall Street. En el campo del senador de Arizona se encuentra el senador de Texas, Phil Gramm, quien esponsorizó en 1999 el Acto de Modernización Financiera, que deshizo las reglas escritas tras la Gran Depresión. Esta decisión tiró abajo un muro y dio vía libre a las entidades financieras para tomar parte en el mercado hipotecario. En 2005, McCain apoyó la reforma de la ley de bancarrota, respaldada por la industria financiera, que hizo más difícil a los ciudadanos poder descargar sus deudas.
Por su parte, el senador de Illinois tiene en su grupo de consejeros a Robert Rubin, ex secretario del Tesoro en la era Clinton y un activista de la desregularización de los mercados financieros.
El pasado martes, Obama acusó desde Golden, Colorado, a McCain de "continuar con las mismas políticas económicas que la administración Bush" algo que ha provocado la crisis que viven hoy los mercados financieros. Cabe recordar que en 2006 presentó una legislación para acabar con los prestamos hipotecarios fraudulentos. Por su parte, el senador de Arizona sacó a relucir las relaciones que Obama tuvo con el ex consejero delegado de Fannie Mae, James Johnson, quien dirigió el comité de búsqueda de candidato vicepresidencial demócrata hasta que se descubrió que había recibido ciertos favoritismos por parte de otra hipotecaria víctima de la crisis subprime, Countrywide Financial.
McCain, quien se denomina así mismo como un desregulador, apuesta por implantar una nueva supervisión en los mercados pese a que el pasado febrero pusiera de manifiesto la "necesidad de mantener al gobierno fuera de estas políticas y decisiones". Además quiere otorgar un mayor poder supervisor a la Reserva Federal. Para el veterano de Vietnam "los reguladores de Wall Street han caído en las guerras políticas de Washington", por eso pretende imponer reformas regulatorias que protejan y sean comprensibles por todos los ciudadanos. De hecho, el senador de Arizona tuvo hizo una polémica declaración al afirmar que habría que despedir al presidente de la Stock and Exchange Commision (SEC), el regulador de los mercados estadounidenses, Christopher Cox, por negligencia.
Ayudas indiscretas
Pese a que Obama como su contrincante republicano, John McCain, se mostraron tajantes en la necesidad de refortalecer la normativa que controla Wall Street, es cierto, que tanto Lehman como Merrill se han situado entre sus principales donantes durante la presente campaña electoral.
Hasta el pasado 31 de julio, los empleados de la banca de inversión han destinado alrededor de 9.9 millones de dólares (6.9 millones de euros) a la campaña del senador de Illinois y cerca de 6.9 millones de dólares (4.8 millones de euros) al veterano de Vietnam. Dentro de este grupo, Lehman nutrió a Obama con cerca de 370.524 dólares (261.561 euros), colocando al que fuera cuarto banco de inversión del país como la décima mayor fuente de ingresos de la campaña del demócrata. Por otro lado, McCain recibió alrededor de 117.500 dólares (82.9459 euros) de Lehman y otros 298.413 (210.691 euros) de los empleados de Merrill Lynch.
Además de los trabajadores del sector financiero, las vacas sagradas de la industria también se han erigido como recaudadores financieros para ambos candidatos. Así, John Thain, consejero delegado de Merrill, ha organizado distintos eventos para el senador de Arizona que llegaron a embolsar hasta 500.000 dólares (353.018 euros a las arcas del republicano. Obama, por su parte, se ha visto favorecido por el presidente para EEUU de UBS, Robert Wolf, quien ha conseguido inyectar hasta medio millón de dólares a la campaña del demócrata.