
El presidente de la Generalitat, Artur Mas, y el líder de ERC, Oriol Junqueras, se han reunido por primera vez desde la ruptura de la unidad entre los partidos catalanes favorables al proceso independentista. La reunión, de una hora y media de duración, ha servido para reafirmar la posición de cada una de las partes y constatar las diferencias en cuanto a la estrategia política a seguir. Junqueras cree que Mas antepone una reforma constitucional a la consulta.
A la salida de la reunión, Junqueras ha reiterado su petición de celebrar elecciones autonómicas anticipadas de forma inmediata, para que los catalanes puedan votar y expresar su voluntad en las urnas. En su opinión, ésa es la única fórmula válida después de que el Gobierno español recurriera la consulta del 9-N ante el Tribunal Constitucional y la decisión de éste de suspenderla. En cuanto a la consulta alternativa propuesta por Mas para ese mismo día, Junqueras ofreció el total apoyo de los republicanos para su celebración, pero sin olvidar que carece de valor legal.
Por el contrario, la táctica de Mas pasa por que la pseudovotación del 9-N sea un éxito de participación y de votos favorables a la independencia. Según los cálculos de CiU, unos dos millones de personas podrían participar en esta recogida de firmas. Con ellas bajo el brazo, Mas tiene previsto visitar al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, para reclamarle una negociación sobre el futuro de Cataluña que podría conllevar una reforma de la Constitución. Las peticiones de CiU se centran en el reconocimiento de Cataluña como nación, el blindaje del sistema educativo y la lengua catalana y un nuevo sistema de financiación por el que Cataluña recaudaría todos los impuestos de los catalanes y luego negociaría con el Estado el pago de determinados servicios y un cierto fondo de solidaridad. En caso de llegar a un acuerdo, CiU quiere que sea avalado por el PP, el PSOE, el Rey y el Tribunal Constitucional.
El 'plan B' de CiU
Si Rajoy acepta la negociación, CiU podría cambiar de socio parlamentario en Cataluña y reemplazar a ERC por el PSC, que ya se ha ofrecido varias veces como alternativa para aprobar los próximos Presupuestos. Esta es la opción que defiende el líder de Unión, Josep Antoni Duran i Lleida, y que éste ya podría haber comunicado a la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría.
Por el contrario, en caso de que el PP rechace o quiera postergar la negociación hasta pasadas las elecciones municipales y generales, el plan B de CiU pasa por convocar las elecciones autonómicas anticipadas a principios de febrero. En ese caso, CiU ya da por hecho que ERC se negará a ir en una lista independentista unitaria liderada por Mas, pero tampoco irá en solitario.
La idea de Convergencia es crear una plataforma ciudadana proindependencia formada por representantes de la sociedad civil, exmiembros de otros partidos políticos y por representantes de la Asamblea Nacional Catalana y Òmnium Cultural. CiU acudiría a las elecciones autonómicas en coalición con esta plataforma, a imagen y semejanza de lo que hizo el ex president Pasqual Maragall cuando para alcanzar la Generalitat se presento en una coalición formada por el PSC y la plataforma civil Ciutadans pel Canvi (CpC). Con esta fórmula CiU espera hacer frente a ERC.