
Derogar el Tratado de Lisboa, abandonar el euro, suspender el pago de la deuda, un carrusel de nacionalizaciones y hasta una Agencia Pública Europea de Rating. Pablo Iglesias (Madrid, 1978) no se anda con chiquitas. El cabeza de lista de Podemos, un tertuliano y profesor de Ciencias Políticas de la Complutense que vive en el barrio obrero de Vallecas, asegura que el próximo domingo, fecha de las elecciones europeas del 25-M, se abrirá "un nuevo ciclo en la política española". Por ahora, la demoscopia le da la razón, aunque él prefiere mirar "a la calle".
Las encuestas, incluyendo el sondeo del CIS, son muy halagüeñas. ¿Cómo valora estos pronósticos?
Unas nos dan un escaño, otras dos y hay incluso algunas que tres, pero no nos conformamos. Las urnas están abiertas y estamos en un momento de ofensiva frente a la retirada de los dos grandes partidos, PP y PSOE. Vamos a por todas y no renunciamos a nada.
Pero, ¿qué consideraría Podemos un éxito y qué un fracaso tras el 25-M?
En cualquier caso va a ser un éxito, porque vamos a estar dentro, pero no nos conformamos. Nuestro objetivo es abrir un proceso constituyente en España: los partidos del régimen, del poder, PSOE y PP, deben formar parte de la historia de nuestro país y no del presente ni del futuro. Ésa es la tarea que nos urge y la que, estoy convencido, va a empezar el próximo domingo. Ahora toca votar y vencer a la abstención, nosotros vamos a perseguir la retirada de los grandes partidos.
Para Pablo Iglesias, ¿es el 25-M un primer paso para las generales?
Lo tendrá que decidir la gente pero se puede abrir un ciclo de empoderamiento, tanto en la calle como en la política. Hace tres años, el PSOE y el PP decían a la gente que estaba en las plazas con el 15M que se presentaran a las elecciones y ahora ya no lo dicen. Algo ha cambiado. Estos comicios pueden ser el inicio de un ciclo que tenga nuevas expresiones electorales en las municipales, en las autonómicas y, por supuesto, en las generales.
Si usted acaba en Bruselas como eurodiputado, ¿quién liderará Podemos?
Aunque yo haya tenido que ocupar un papel preponderante, hay muchas caras en Podemos. Mi exposición mediática es mayor porque la hemos considerado útil y, si tuviera que estar en la Eurocámara, tendría que repartir mi tiempo entre la circunscripción y el Parlamento Europeo. De modo que no desapareceré de aquí y si, dentro de un tiempo, la gente me pide que dé un paso para las generales, me lo plantearé; claro que sí.
Entonces, ¿no descarta abandonar una hipotética acta de eurodiputado para regresar a la política nacional?
Claro, claro... Efectivamente. Si la gente lo desea así, habrá que valorarlo.
Algunos critican que su cara aparezca en las papeletas de Podemos. ¿Por qué un movimiento que bebe de fuentes como el 15M o las mareas opta por personalizar?
El problema es que no tenemos presupuestos de campaña millonarios para anuncios, carteles y vallas. Los compañeros me propusieron aprovechar mi tirón mediático y tomamos esa decisión. Para mí no es cómodo a nivel personal, pero puede ser útil: hay mucha gente que conoce al candidato y todavía no a la formación. La campaña es una batalla complicada pero, si hacemos política, hacemos política en serio.
Recuperar "una ilusión similar a la del año 82", le he escuchado argumentar en alguna ocasión... ¿Qué diría a quien traza paralelismos entre su irrupción y la de Felipe González?
No me veo identificado con el consejero de Gas Natural para nada. En absoluto. Hay socialistas a los que admiro muchísimo, pero entre ellos no está el consejero de Gas Natural que presidió este país. Socialistas admirables como Indalecio Prieto, Salvador Allende o el propio Pablo Iglesias, a cuya figura homenajea mi nombre. Pero los que acaban en consejos de administración son una tremenda estafa.
La fragmentación del nicho de la izquierda hace que los partidos que surgen compitan entre ellos. Además de con IU, ustedes pugnan con Equo, RED y el Partido X.
No luchamos contra compañeros y amigos, colaboramos con ellos y buscaremos espacios de cooperación. Ahora bien, y aunque es obvio que yo soy de izquierdas, nos circunscribimos demasiado a esta dicotomía izquierda-derecha. Es un juego de trileros, lo importante no es eso sino la gente, el pueblo. Y el pueblo tiene claro que hay que regenerar todo el sistema.
En el terreno de los derechos y las libertades, ¿necesita un partido situarse en un espectro ideológico concreto?
Citando a Julio Anguita, "Programa, programa y programa". Esto no es hacer una disquisición sobre Marx, Webber o Lenin. La clave es ver cómo solucionamos los problemas de los ciudadanos: democratizar la economía y poner límites a la casta de sinvergüenzas que nos aboca al desastre. Pero sobre bases programáticas: las ideologías son el truco ideal para que manden los mismos.
¿La desafección pública favorece a los partidos de nuevo cuño?
España asiste a una crisis de régimen y buena parte de las instituciones derivadas del régimen del 78 están en crisis. La democracia es un sistema que, en teoría, permite elegir y cambiar cuando algo se está haciendo mal; el problema era que hasta ahora las diferencias eran solo de matiz. Por ejemplo, en Alemania, el SPD gobierna con la CDU de Merkel, Hollande aplica las políticas de Sarkozy en Francia y cuesta encontrar las diferencias económicas entre socialdemócratas y conservadores. En España es lo mismo.
¿Partido bisagra, tocar poder, germen de algo nuevo? ¿Cómo ve a Podemos?
Tenemos vocación de gobierno, pero no como partido. Solo somos gente normal haciendo política.
Ayer [la entrevista se realizó el viernes 16 de mayo] era el tercer aniversario del 15M. ¿Fuente de inspiración o instrumentalización funcional?
El 15M lo cambió todo y nos cambió a nosotros. Pero nadie puede representar al 15M, y esto que digo no es una argucia política: es totalmente imposible. Quién diga que nos servimos del 15M miente, no ha entendido nada.
¿Podría detallarme cómo va a ser el plan que han propuesto para limitar el sueldo que perciban sus posibles eurodiputados?
Muy sencillo: todos hemos firmado un protocolo por el que ninguno podrá quedarse con más de tres salarios mínimos españoles, es decir, 1.930 euros. El resto hasta los 8.000 euros tendrá que donarlos a Podemos o a iniciativas, colectivos y grupos afines, y la decisión se tomará colegiadamente en el partido.
¿Por qué ha llegado el momento de dar un paso adelante?
Es una situación excepcional. Podemos es necesario y viable, y el tiempo nos está dando la razón. La respuesta de la gente nos confirma que acertamos en el diagnóstico. Hicimos bien en lanzarnos.