Europa tiene una apuesta decidida por el desarrollo de la energía eólica marina (off shore) y a través del proyecto 'suprapower' se busca construir equipos más potentes, pero al mismo tiempo menos pesados y voluminosos que permitan reducir su impacto, mejoren su fiabilidad y reduzcan su coste. En esta misión están implicadas casi una decena de entidades y empresas, liderados por el centro tecnológico Tecnalia.
El secreto, el quid de la cuestión, la superconductividad aplicada a la energía eólica. Susana Apiñaniz, coordinadora del proyecto Suprapower, que lidera el centro tecnológico Tecnalia Research & Innovation (TRI), explica que había que 'romper con las tecnologías convencionales ir hacia una tecnología rupturista que permita reducir su peso, volumen y coste' para lograr llegar a arogeneradores de hasta 10 Mw.
Los equipos eólicos con los que se está trabajando actualmente alcanzan los 6 o 7 Mw y avanzar hacia mayores potencias, con las tecnologías actuales, supone dirigirse hacia equipos de tales dimensiones que se hacen inmanejables y requieren cimentaciones sobre el suelo marino mucho más complejas.
En el proyecto Suprapower aspira a reducir el peso y el tamaño de loa aerogeneradores en un 30 por ciento, lo que podría favorecer reducir en un 25% en el conjunto de los costes de promover un parque eólico off shore
En Suprapower están embarcados ocho empresas, centros tecnológicos y universidades de media docena de países europeos. Lidera y coordina Tecnalia Research & Innovation (TRI) y además participan las firmas españolas Acciona WindPower y Acciona Energía; la italiana Columbus Superconductors y la alemana Oerlikon-Leybold Vacuum (OLV); la University of Southampton (SOTON) y varios institutos científicos como el eslovaco Institute of Electrical Engineering Slovak Academic of Sciences (IEE); el alemán Karlsruher Institut Technologie (KIT) y el francés D2M Engineering.
Suprapower se basa en la superconductividad, un fenómeno que a través del enfriamiento de materiales, a temperaturas criogénicas, por debajo de los -200 grados centígrados, rompe la resistencia de los materiales al paso de la electricidad y se reducen sustancialmente las pérdidas de energía. No se trata de un proyecto teórico, sino que se concibió para ser industrializado y aplicado a costes competitivos.
Apiñaniz explica que su modelo se basa en 'sustituir una bobina de cobre tradicional, que tiene pérdidas altas, por una bobina superconductora sin pérdidas'. Estas bobinas, que van dentro de los aerogeneradores, son mucho más pequeñas y menos pesadas. Este punto de partida es el resultado de una patente desarrollada por TRI.
Para el enfriamiento de las bobinas se utiliza un criostato, por contacto (sin fluidos), que a diferencia de otros equipos es modular.
En la línea de aplicar tecnologías 'rompedoras' se encuentra el uso de un cable, el MgB2 (Diboruro de magnesio), que se emplea para otros usos, generalmente médicos, que necesita menos metros y su precio en el mercado es más asequible.
Suprapower además avanza hacia aerogeneradores de accionamiento directo, que transmiten la velocidad de giro de las palas directamente al generador, lo elimina la multiplicadora y reduce su peso.
5,39 millones de euros
El presupuesto total para el proyecto Suprapower asciende a 5,39 millones euros y el 72 por ciento corresponde a financiación de la Unión Europea, lo que supone 3,89 millones. Los trabajos han comenzado este mismo mes de diciembre, de ahí la reunión que tuvo lugar hace un par de semanas en la sede de Tecnalia Research & Innovation del Parque Tecnológico de Bizkaia. Se espera que finalice en noviembre de 2016.