Todos

Mallorca, el 'land' número 17 de Alemania

No lo dude. Mallorca ocupa el primer lugar en el corazón de los alemanes, los campeones del turismo organizado."iApenas dos horas le separan del verano!" rezan los millones de catálogos que tientan al teutón desesperado por huir del frío con la combinación perfecta de agua y sol, pero a la alemana.

Cualquiera se apuntaría a uno de esos hoteles de ensueño, que ofrecen desde clases de buceo hasta la posibilidad de conocer a tu media naranja, aunque no especifican cómo.

No es exagerado afirmar que Malorka, como ellos dicen, es un enclave germano en el Mediterráneo. Pero también es cierto que la isla comienza a reafirmar su identidad, a redescubrir sus raíces. Después de venderse a alemanes y británicos, de alienarse a su servicio durante décadas, son los propios turistas los que exigen ahora algo de la esencia mallorquina, algo typisch Spanisch.

Más que unas salchichas

"Antes te recogían del aeropuerto, y te llevaban a tu hotel, sin ofrecerte la posibilidad de moverte por la isla", explica Astrid Jahn, una maquilladora berlinesa que visitó Mallorca por primera vez en 1991. "Si te veían cara de alemana, te daban el menú en el que aparecía la tarta Selva Negra y las salchichas. Ahora se dan cuenta de que también nos gustan otras cosas". Astrid, de 33 años, ha estado diez veces en la isla reina de las Baleares y admite que cada vez es más exigente. "La última vez que estuve opté por un hotel de cuatro estrellas, con todo tipo de servicios wellness, y cerca de Palma, porque soy una enamorada de la ciudad".

Palma es el aeropuerto que más conexiones ofrece para 82 millones de alemanes. Casi desde cualquier punto del país hay vuelos diarios a las islas. No en vano, son 100.000 germanos los que tienen ya residencia fija en Mallorca, y entre los 37 millones que optan al año por un pauschalreise (un viaje organizado desde principio a fin, con todos los servicios incluidos), esta isla lleva las de ganar.

Como en casa

"Los alemanes se sienten a gusto allí, les infunde seguridad porque están como en casa", explica Anja Braun, portavoz de TUI, el primer touroperador germano. Tanto que los turistas se atreven a ir un paso más allá, y ya no son tan dados a comprar el paquete. Ahora adquieren vuelo y reservan hotel, y "se entregan a la aventura" explica. Al fin y al cabo lo conocen como el Land número 17 de Alemania, cuentan con sorna sobre Mallorca, porque es casi más fácil toparse con un médico que hable alemán y con un camarero que domine el inglés antes que el castellano o el mallorquín.

"Mallorca ha sabido adaptarse a sus turistas", apunta Sascha Hoff, historiador de 35 años. "Decidí estudiar Historia del Arte cuando entré en la catedral de Palma, nunca olvidaré como entraba la luz a través de los vitrales". Como muchos alemanes, sus veranos transcurrían en Mallorca, en casa de la tía Hildegard, que encontró el amor de su vida en un español, José, con el que abrió un bar en el puerto de Sóller. Vamos, como en una película de Alfredo Landa. "En los 70, cuando nosotros nos paseábamos por un mercado, éramos los únicos turistas", explica Sascha, que opina que las visitas se han vuelto más exigentes. "Se han esforzado en remozar la isla, ofreciendo mejores infraestructuras y servicios".

Éxito asegurado

A poco más de dos horas de distancia en avión, Mallorca ha sido el filón de oro para los grandes consorcios turísticos como TUI, Thomas Cook, Neckermann, y para los propios mallorquines, que se lanzaron a vender como locos. O se dejaron arrastrar por la fiebre constructora. Hasta que echaron el freno y optaron por la calidad en vez de la cantidad. Incluso el Ballermann, el chiringuito en la playa de Arenal (tomada por los alemanes) al que acuden los que buscan juerga, ya no es lo que era. Ahora linda con el elegante paseo marítimo, que lleva a los hoteles más lujosos de la zona tranquila de la bahía.

El otro extremo, el Beverly Hills mallorquín, está en Port Andratx. Aquí se han hecho su nidito la top model Claudia Schiffer o el actor Michael Douglas. Pero ya no despiertan tanta expectación, no son los únicos VIP que se pasean por la isla. Forman parte de la fauna balear.

"Lo que hace Mallorca única es su oferta tan variada, tiene algo para todos los gustos, desde la fiesta hasta los campos de golf", explica Astrid Jahn, que admite que hace 15 años le iba más la marcha. "Ahora prefiero los hoteles all inclusive, para descansar unos días". Y a un precio razonable, como los 600 euros que invirtió recientemente en un complejo de cuatro estrellas en Playa de Palma, por una semana con tratamiento corporal incluido.

¿Que hay al menos un 20 por ciento de turistas que vuela a Mallorca a cometer todo tipo de excesos, sobre todo físicos? Astrid no lo pone en duda. "Los ves en el avión, pero sabes que dentro de dos horas los perderás de vista", explica entre risas este prototipo de alemana de salario medio, que invierte gran parte de sus ingresos en dos o tres escapadas al año hacia latitudes más cálidas.

Éxodo tras el Mundial

Cerca de cuatro millones de alemanes pisarán este año las Baleares. Ahora que ha finalizado el Mundial de Fútbol 2006 esperan un tirón importante. Porque un 69 por ciento opta por salir de su país en vacaciones. "Este mes de junio las agencias de viajes han tenido menos actividad, ya que el ambiente en Alemania invitaba a quedarse aquí", explica Anja Braun. Algo que cambiará en las próximas semanas, aseguran en TUI.

¿Qué si temen que Croacia, Bulgaria o Túnez desplacen a Mallorca? No way. "Mallorca sigue siendo el número uno", explica. "Sobre todo desde que la isla ha invertido tanto en mejorar su imagen". El boca a boca funciona. Sascha está convencido de que la propia Palma se ha reencontrado a sí misma. "Mallorca está cada vez más llena, pero también hay que decir que es cada vez más bonita", cuenta este devoto y profundo conocedor de Mallorca.

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky