Ya se me han acabado mis primeros diez días de vacaciones. Los he pasado con un grupo de amigos a orillas del mar en la casa que uno de ellos posee en Mallorca. No entiendan este arranque como una presunción.
Entiendo que a nadie le importe lo que hago con mi tiempo libre, pero es necesario entender el contexto antes de ir al grano. Al llegar uno de los invitados comentó "esto es como un Gran Hermano". Y así fue.
Convivencia diaria pero, esta vez, con pocos piques y muchas aportaciones. Sobre todo, y ahí vamos, en lo culinario. Como había gente de distintas nacionalidades, decidimos que estaría bien que cada día alguien cocinase alguna creación de su patria sin caer en folclorismos ni en elaboraciones costosas o laboriosas. Y así fue.
Primer plato: Los portugueses nos explicaron que lo más ahora en Lisboa es tomar 'porto tonic'. Una versión del 'gin tonic' que consiste en algo tan sencillo como sustituir la ginebra por Oporto. Se transformó en un aperitivo perfecto.
Segundo plato: Para acompañar las barbacoas nada mejor que una ensalada. Mi amigo danés, Erik, siempre realiza una muy noreuropea que funciona perfectamente. La hace con patatas 'baby' cocidas con monda y partidas en dos, cebolla roja cruda picada y un aliño de 'creme freîche' (nata espesa disponible en grandes supermercados) y eneldo fresco. Una delicia con carnes a la brasa.
Tercer plato: La incomparable Mami Yamamoto (sí, japonesa) elaboró una receta asiática muy sencilla y efectista que levantó aplausos durante la cena. Pequeños trozos de pechuga de pollo rebozados en una mezcla realizada con, por este orden, salsa de soja, jengibre fresco picadito y algo de picante (chiles, guindilla). Es mejor si se macera el pollo en esta salsa unas cuantas horas. Luego, se espolvorea con harina y se fríe en tandas en aceite bien caliente pero no humeante. Riquísimo y muy fácil.
Cuarto plato: ¿Los españoles? Los más comodones. Como sabíamos que lo suyo era darle el punto mallorquín (pero sin ánimo de ponernos a hacer una ensaimada) encargamos una de albaricoques en Pomar (Tel. 971 65 06 06), en Campos, una de las pastelerías más conocidas de la isla. Es "la más típica del verano" según dijo nuestro amigo Manuel, residente en la isla. Y es que parece que existe una ensaimada para cada época del año. Así, en carnavales se toma con calabaza; en Navidad rellena de turrón, y en otras ocasiones incluso rellena de sobrasada. Maribí, Elvira y su marido completaron el postre con el helado de almendra cruda mallorquina de Ca'n Miquel (tel. 971 72 49 09). Nos dijeron que en esta famosa heladería de Palma (los Príncipes de Asturias son fans) hay helado hasta de tumbé, el famoso asado de verduras y hortalizas balear y catalán. Sorprendente pero cierto. Para regarlo todo, nos decidimos por vinos de la isla -la Denominación de Origen de Mallorca está muy de moda entre los entendidos-, como el Mortitx de la Sierra de la Tramuntana (www.vinyesmortitx.com) o el Aia de Miquel Oliver con estupenda relación calidad-precio y fantástico diseño (www.miqueloliver.com). ¡Bon profit!