
Para hacerse con el diario económico Les Echos, Bernard Arnault, el hombre más rico de Francia, desafió a las autoridades antimonopolio, a parte de la opinión pública francesa y, naturalmente, desembolsó una notable cantidad de dinero. Pero no está satisfecho.
El pasado 7 de febrero, Arnault, en la presentación de la cuenta de resultados de LVMH, el holding del lujo que preside (16.480 millones de euros de ingresos en 2007 y unos beneficios netos de 2.000 millones), Arnault admitió su interés por el Financial Times, aunque "es demasiado caro". Para controlar el The Wall Street Journal, Rupert Murdoch emprendió una batalla de meses, para ser finalmente rechazado por parte de la redacción y la comunidad financiera americana, que valora la independencia del diario.
Buena inversión
Bastarían estos dos ejemplos para demostrar que la prensa, al menos la económica, parece ser aún una buena inversión. Y lo que es más interesante: no sólo interesa a Arnault (nacido en 1949) o a Murdoch (nacido en 1931), magnates que pertenecen a la generación anterior a Internet, sino que también gusta a los inversores más jóvenes. Jared Kushner, nacido en 1981, vástago de una saga de la construcción de Nueva York, compró en 2006 el The New York Observer y parece decidido a embarcarse en la edición de prensa. Le encanta su criatura y se deja fotografiar vendiendo ejemplares a voces en la calle 42.
Hay que señalar que, en Occidente, los periódicos de papel siguen perdiendo ejemplares, mientras se difunden con rapidez en los países emergentes. Si analizamos el mercado americano, referencia en la evolución de los medios, los datos de 2007 muestran una caída del 10 por ciento en la tirada de las mayores cabeceras.
Ingresos publicitarios
Empeoran la situación los crecientes costes del papel y la caída de un 20 por ciento como media de los ingresos publicitarios, que rondan el 80 por ciento del total de una cabecera.
Ken Doctor de la Outsell, uno de los más prolíficos analistas de los "nuevos y viejos medios", cree que el negro panorama tiene dos causas: factores cíclicos negativos y problemas estructurales. Para Doctor, los periódicos "tienen que reinventarse y reciclarse como empresas y productos multimedia". Nadie cuestiona la necesidad de que las noticias sean recogidas, elaboradas y contextualizadas. Es el futuro de los periódicos impresos lo que se pone en duda. Hasta los blogs y los "contenidos generados para el uso" podrían robarle el oficio a los periodistas profesionales, según The cult of the amateur de Andrew Keen.
Reinventarse
Pero, suponiendo que la gente seguirá optando por calidad frente a cantidad, sobre todo en la información económica, hay que reinventarse. La respuesta es la integración entre su versión en papel y su versión online.
Hay que exprimir el dinero de la publicidad en Internet, que está aumentando, pero paga un 20 por ciento menos que la publicidad en papel.
Otro punto es el carácter multimedia. Es emblemático el caso de Nicholas Kristof, de The New York Times, que ganó en 2007 el Pulitzer no tanto por sus artículos sobre Darfur y Níger, sino por sus minirreportajes filmados, que colgaba en su página web atrayendo a miles de navegantes.
Adaptarse al medio
La integración implica una reestructuración organizativa y cultural del trabajo periodístico. Como explicó en un foro con los lectores el vicedirector de The New York Times, Jonathan Landman, "el problema comenzó a plantearse a mediados de los 90. Nuestro sitio se tornaba interesante sólo a partir de las 11 de la noche, cuando colgábamos la versión en papel del día siguiente. Después, el sitio caía, mientras los demás daban noticias de última hora. Teníamos que movernos con mayor rapidez. Los periodistas preparará sus historias para la Red y, después, siguen con sus crónicas más elaboradas para publicar al día siguiente. Ahora todos tienen claro que tener los pies en los dos zapatos, el real y el virtual, es la única forma de sobrevivir".
Un motivo es que el internauta quiere las noticias en tiempo real y, si no las encuentra en su sitio de referencia, las busca en otro. Otro es que si una historia para la web está concebida de forma inteligente, puede incluirse en el periódico impreso. La primera, más breve y basada en hechos, la segunda más amplia y centrada en el análisis.
De ahí que en las redacciones online haya nacido la figura del "reportero de noticias continuo". Las noticias irán destinadas a la web y el análisis a la versión en papel. Todo periodista se verá obligado a abrazar esta nueva mentalidad y a ser polivalente.