
Bañarse y tumbarse al sol que más calienta ya no es suficiente. Los asiduos a la costa buscan también otros servicios y alternativas para no aburrirse junto al mar, algo que encuentran cada vez en más playas españolas.
Son muchas las que disponen de instalaciones deportivas en las que descargar adrenalina, escuelas donde iniciarse en vela o buceo, parques infantiles, centros comerciales y restaurantes cercanos. Además, crece el número de las que tienen buenos accesos e instalaciones adaptadas para discapacitados; si, además, se encuentran cerca de pueblos y ciudades de atractivo turístico, el veraneante podrá sentirse casi cerca del cielo.
La Concha e islas Cíes
El entorno es fundamental para elegir la playa perfecta. Por eso no es extraño que, según una reciente encuesta de la agencia online Muchoviaje.com, las preferidas por los españoles sean La Concha de San Sebastián y las Islas Cíes de Galicia. Ambas ofrecen buenas posibilidades para tomar el sol y bañarse, pero también reúnen otros interesantes atractivos. La mayoría de los encuestados se inclinan por estos dos lugares del norte de España principalmente por su belleza y sus diferentes características. En el caso de La Concha se trata de un litoral urbano, mientras que las Cíes forman parte del Parque Nacional de las Islas Atlánticas de Galicia.
En el Mediterráneo también existen importantes atractivos. En La Costa Blanca (Alicante), la playa de San Juan-Condomina cuenta con un importante valor: está ubicada en un entorno urbanizado, equipado con multitud de prestaciones y servicios. Por ejemplo, dispone de duchas, redes de voley, chiringuitos, alquiler de pedales de mar, parking y parque infantil, además de un inmenso paseo plagado de servicios de hostelería y restauración. Y la de Levante en Benidorm es otro logro de planificación, con un gran número de servicios en una amplia bahía de más de dos kilómetros, habitualmente muy concurrida. Además, el conjunto está adaptado para personas con movilidad reducida.
Otro punto con acceso para discapacitados es Torrelamata, en Torrevieja (Alicante). Esta playa semiurbana, de 700 metros de longitud y 30 de anchura, presume habitualmente de un alto nivel de ocupación y dispone de una gran superficie de aparcamientos. Además, no hay que irse muy lejos para comprar el periódico o satisfacer otras necesidades ya que en la zona se encuentran kioscos, restaurantes, alojamientos, aseos, duchas, teléfonos, servicios de limpieza, papeleras y aparcamiento. Y por si a uno le apetece navegar después de tomar el sol, puede acercarse a un puerto deportivo próximo, el Real Club Náutico de Torrevieja. A estas prestaciones se une una alta seguridad. Existe un sistema de señalización de peligro, un puesto de la Cruz Roja, socorristas, policía Local y un aparcamiento vigilado.
Si nos acercamos a Calpe, nos encontraremos con Arenal-Bol, una playa urbana de más de un kilómetro que cuenta con un animado paseo marítimo tras el que se esconde el núcleo poblacional. Además, si nos apetece descansar un momento de tanto sol y agua, éste puede ser el lugar perfecto: existen una termas en pleno arenal y unos viveros tallados en roca viva. Por supuesto, esta playa dispone en verano de una zona adaptada con servicios para facilitar el acceso al baño a personas de movilidad reducida, que comprende vestuarios, aseos, duchas, carpas con tarima, sillas anfibias y muletas.
Calas y arenales en la Costa Brava
En estas zonas del Mediterráneo, las pequeñas calas se funden con los más extensos arenales donde se concentra buena parte de la población que llega calurosa de las ciudades del interior. En los más de 200 kilómetros de la Costa Brava, en Girona, podemos encontrar playas, acantilados y bosques que casi se funden con localidades como S'Agaró, Tossa de Mar, Begur, Cadaqués y Portlligat. Entre las bellezas de la zona, la Guía Repsol destaca Sa Tuna, una pequeña playa de cantos rodados en Begur, que ofrece un entorno idílico pero que a la vez ha cuidado al máximo sus infraestructuras para procurar la comodidad de sus visitantes. Entre ellas, un parking y un pequeño paseo marítimo con varios restaurantes.
Si descendemos hacia Tarragona, nos encontramos con 20 municipios de La Costa Dorada que se extienden por un litoral de 216 kilómetros y en el que se enclavan nada menos que 786 hectáreas de playas. Entre las playas con mayores atractivos se encuentra Llevant (en Salou), donde disfrutar de un amplio elenco de actividades: desde las deportivas hasta la magia de un parque de atracciones.
Ya en la Comunidad Valenciana, La Costa de Azahar comprende 120 kilómetros plagados de localidades que albergan playas de gran interés. Allí nos encontramos los arenales de Benicasim, con seis kilómetros que miran directamente al mar y en torno a los que se ha construido un imperio de servicios de alta calidad. Aquí, las playas de Voramar, Almadrava, Sant Vicent, Els Terrers y Heliópolis se unen a través de un impresionante paseo marítimo que combina una finísima arena con numerosos servicios para el turista, entre los que destacan los sistemas de vigilancia, la limpieza, los accesos, las duchas e incluso, durante los meses de verano, la intervención de animadores turísticos.
El mar Cantábrico ofrece también grandes posibilidades para los que quieren algo más que tostarse en la arena. En Galicia la playa de Doniños, (en Ferrol) está rodeada no solamente de dunas, sino también de un gran número de servicios para los bañistas y constituye un delicioso lugar para los surfistas gracias al oleaje existente en la zona.
Localidades como Somo, Laredo y Galizanotres en Cantabria pueden presumir de playas cercanas donde disfrutar de sol y playa, pero también de prestigiosos restaurantes en los que culminar la jornada degustando delicias procedentes del mar.
En pleno agosto, Zarauz se convierte en una de las playas más concurridas de Guipúzcoa y no es para menos. El lugar es un claro exponente de la afición de los vascos por todo tipo de ejercicios y deportes, tanto acuáticos como de arena. Eso sí, los que prefieran el agua deben tener cuidado. Estamos en una playa abierta que puede resultar peligrosa, por lo que no deben perder de vista al equipo de socorristas que la vigila.
De seguridad, en Baleares también saben mucho ya que la Playa de Muro, en Mallorca, tiene uno de los servicios de salvamento más completos de las islas. También uenta con una unidad de la policía local especializada en seguridad ciudadana y marítima, con un sistema tan sofisticado que los usuarios tienen a su disposición unas pulseras para facilitar la búsqueda de personas extraviadas. Además, este enclave ofrece prestaciones adaptadas a todos los veraneantes, entre ellas ocho pasarelas para minusválidos y sillas anfibias a su disposición durante todo el día. Y cuenta con ocho balnearios de propiedad municipal que dan servicio de WC y duchas de forma gratuita y pública; zonas de parking en diversos accesos, con torre de vigilancia; y carteles informativos sobre medidas de autoprotección, ubicación de los distintos servicios, etc.
Para no aburrirse en Andalucía
Andalucía es otra zona para no aburrirse. En Cádiz, además de sol y chiringuitos variopintos, las playas ofrecen un atractivo añadido para los amantes del kitesurf, surf y windsurf, deportes que se pueden practicar en las playas de Tarifa, Barbate, Vejer de la Frontera y Conil. Si el cansancio puede con nosotros y necesitamos cierto relax, podemos combinar algunas interesantes dosis de historia con un entorno de naturaleza virgen, paseando por las dunas de Bolonia y visitando las ruinas romanas de "Baelo Claudia" en Tarifa.
En Huelva encontraremos playas de gran tamaño y amplitud. Además, su clima, con influencias atlánticas, permite deleitarse practicando deportes acuáticos como la navegación a vela y disfrutar del mar en cualquier estación del año. Si nos acercamos por allí, es obligatorio detenerse en la playa de Matalascañas, provista de todos los servicios y muy cercana nada menos que al Coto de Doñana. Además, una visita al museo marino, dentro del parque dunar, y una tarde en el campo de golf pueden completar una jornada perfecta. Si prefiere deportes de agua, anímese a apuntarse en la las escuelas de vela y windsurf de la zona y, eso sí, termine el día cenando en uno de los exquisitos restaurantes cercanos.
Almería y Gran Canaria también están repletas de rincones atractivos. En la costa de Almería, el Parque Natural Cabo de Gata-Níjar cuenta con ricos fondos marinos y muchos acantilados, que convierten la playa en un lugar perfecto para el submarinismo. Aquí conviven especies marinas de la frontera virtual entre el norte africano y el sur español, circunstancia única gracias a las corrientes marinas. En Gran Canaria, la playa de Maspalomas ofrece una visión inédita de la naturaleza, donde las dunas de formas caprichosas se mezclan con cómodas tumbonas, chiringuitos que se suceden cada cien metros y múltiples posibilidades de zambullirse en actividades deportivas, de aventura, culturales y gastronómicas.
Según el estudio de Muchoviaje.com, las costas más bonitas a juicio de los españoles son la Comunidad Valenciana, Cádiz, Galicia, Baleares y País Vasco, y a poca distancia Canarias y la Costa Brava. Las que han añadido a la belleza natural de sus playas otros servicios y atractivos tienen este verano el éxito asegurado.