"Nos han hackeado el allegramag y la página ha caído. primero el Facebook y ahora esto. Estoy hasta el coño", así de rotunda se mostraba Lucía Etxebarria esta mañana en su cuenta de Twitter tras alertar que no podía acceder a la página web.
Etxebarria se ha tirado toda la mañana entre el enfado y lamento porque su página se encontrase con un "Forbidden" y sin permitir el acceso a nadie, debido a un ataque informático que aún no ha podido ser subsanado.
La escritora se lamentaba porque los lectores no pudiesen acceder al artículo que había escrito su hija sobre la polémica del anuncio de Loewe, al tiempo que pedía por favor que "cuando desactivemos el ataque, entrad hoy, demostradle a esos imbéciles [hackers] que no sirve de nada", apuntillaba.
Sin embargo, conforme avanzaba la jornada el acceso a la web no mejoraba y a Etxebarría ya sólo le cabía encomendarse a "un mago, un sacerdote, un informático genial o un paño de lágrimas". Aunque ha sido a este último al único al que le ha valido encomendarse, ya que hasta mañana no está prevista que vuelva a estar operativa la página.
La escritora achaca el ataque a unos enemigos "muy cobardes", ya que "a mi casa nunca vienen, ni a las firmas de libros y todo el mundo sabe dónde vivo". Y es que los ataques no son nuevos para la autora, que en ocasiones anteriores ha visto cómo le tiraban de forma remota tanto su anterior blog, como su página de Facebook. El primero de ellos a través de ataques DDOS diarios, mientras que el segundo espacio fue debido a múltiples quejas de vulneración de las condiciones de Facebook, que no eran tales, pero que consiguieron dar con el cierre de la página.
Gresca entre Etxebarria y David Bravo