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La clase social determina cómo evalúan su salud los adolescentes

Por Amy Norton

NUEVA YORK (Reuters Health) - Un nuevo estudio indicó quecuando se trata de definir qué es tener buena salud, losadolescentes de bajos ingresos ponen más énfasis en elbienestar mental que los de mejor posición económica.

El estudio incluyó a 1.157 adolescentes estadounidenses deentre 12 y 15 años y estuvo parcialmente orientado a confirmarun fenómeno observado en estudios previos: que la forma en quelos adolescentes consideran su salud no coincide con la de suspadres.

De hecho, los adolescentes que participaron en el estudio amenudo calificaban su salud de manera diferente a la que lohacían sus padres, según publicó la revista Pediatrics.

Pero el estudio halló también que las visiones familiaresdiferían según los ingresos.

En las familias con ingresos más altos, la opinión de loshijos y los padres dependía de factores de la salud física,como cuán frecuentemente se habían enfermados los chicos el mesprevio o la cantidad de ausencias escolares el año anterior.

En cambio, en las familias con ingresos más bajos importabala salud física, pero también la mental.

En general, los adolescentes que habían consultado a unespecialista en salud mental el año previo calificaban mejor susalud general que el resto de los jóvenes de bajos ingresos.

Los indicadores de salud mental no mostraron una influenciaclara en la calificación de la salud en los adolescentes demejores ingresos, aunque ellos tuvieron la misma cantidad dedías de "salud mental inferior a la media" que sus pares debajos ingresos.

En general, los adolescentes consideraban varios factorescuando describían su salud, indicó la doctora Sara B. Johnson,investigadora principal del estudio y profesora asistente de laEscuela de Salud Pública de la Johns Hopkins University, enBaltimore.

"Para los adolescentes, la opinión sobre la calidad de susalud tiene en cuenta a la familia, la escuela y las relacionessociales, las cuales influyen en su salud física o mental",dijo Johnson a Reuters Health.

De modo que, y a pesar de que los adolescentes son, comogrupo, muy sanos físicamente, muy pocos describen la calidad desu salud como "excelente". En este estudio, menos de un cuartode ellos le dio una calificación tan alta.

Aunque se desconoce por qué, en especial los adolescentescon bajos ingresos, prestaban tanta atención al acceso a laatención de la salud mental, estudios previos demostraron quecuanto más pobre es un niño, más propenso es a tener "necesidades de salud mental insatisfechas, explicó Johnson.

"Por ello, para nosotros esto sugiere que cuando losadolescentes obtienen ayuda para sus problemas, se sentiríanmejor con su salud en general", agregó la autora.

Los padres con bajos ingresos que participaron en elestudio también le asignaron mucha importancia al bienestarmental, pero tendieron a calificar la salud de sus hijos comode menor calidad si habían ido a un especialista de saludmental.

Se desconocen las causas de esta diferencia. Johnson opinóque podría atribuirse a la falta de comunicación entre padres ehijos o a que los padres no perciben señales externas demejoría de la salud mental de sus hijos.

"El mensaje de este estudio es que los padres no deberíannecesariamente asumir que porque su hijo adolescente necesitala atención de un profesional en salud mental, tiene una malacalidad de salud general, ya que los adolescentes no loconsideran así", concluyó la especialista.

FUENTE: Pediatrics, febrero del 2008

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