NUEVA YORK (Reuters Health) - Las personas que se dan atracones "sin control" podrían beneficiarse con el uso de sibutramina, un fármaco supresor del apetito, según confirmó un estudio que demostró que el medicamento reduce la cantidad de atracones, el peso y las enfermedades psicológicas asociadas.
La sibutramina modifica las señales internas que controlanel hambre y la sensación de saciedad, publicó el equipodirigido por la doctora Denise E. Wilfley, de la Escuela deMedicina de la Washington University, en St. Louis, en AmericanJournal of Psychiatry.
Quienes se dan atracones compulsivos ingieren grandescantidades de alimentos mientras sienten que no puedencontrolarse.
La diferencia con la bulimia es que quienes se danatracones no recurren después a ninguna estrategia purgativa,como los vómitos o los laxantes. El trastorno por atraconesinfluye en el aumento de la obesidad.
En un estudio durante 24 semanas, el equipo analizó losefectos de la sibutramina, versus placebo, en 304 personas quese daban atracones.
La adherencia promedio a los medicamentos utilizados fuedel 76,2 por ciento en el grupo tratado con sibutramina y del82,6 por ciento, con placebo.
Los participantes que recibieron sibutramina mostraron unareducción significativamente mayor de la frecuencia semanal deatracones que aquellos que usaron placebo.
En el grupo que utilizó sibutramina, la frecuencia bajó de3,3 a 0,6 atracones por semana, mientras que en el grupo querecibió placebo pasó de 3,4 a 1,3 atracones.
El descenso de peso promedio también fue mayor en el grupotratado con sibutramina que en la cohorte que usó placebo (4,3frente a 0,8 kilos).
Los pacientes que recibieron sibutramina alcanzaron nivelesmás altos de mejoría general, aunque no se observaron cambiossignificativos en la calidad de vida de ambos grupos. Losefectos secundarios de la sibutramina incluyeron dolor decabeza, sequedad en la boca, constipación, insomnio y mareos.
El equipo concluyó que este ensayo controlado con placebosugiere que la sibutramina daría resultado para tratar apacientes con trastorno por atracones.
FUENTE: American Journal of Psychiatry, enero del 2008