
Prepárense y no olviden el abrigo y el gorro al salir de casa. El hombre del tiempo avisa de que va a nevar y es la hora de sacar las pieles y el cachemere, porque el frío y la tempestad traen miles de resfriados. Por no decir millones. En España, por ejemplo, se producen aproximadamente 80 millones de resfriados al año, según el Comité Europeo para el Estudio del Resfriado. Esto supone un riesgo relativo de 2,1 catarros anuales por persona.
Entre todos los síntomas, uno de los más molestos es sin lugar a duda el taponamiento de nariz, que dificulta la respiración, disminuye la capacidad para percibir olores y, en definitiva, condiciona el día a día de las personas que lo sufren. El hecho es que muchas personas se piensan que se congestionan debido al exceso de mocos, pero esta percepción no es correcta. El atasco se presenta cuando se inflaman las membranas que recubren la nariz a causa de la inflamación de los vasos sanguíneos.
Consejos para no caer
Los motivos más comunes son el resfriado, las alergias, las infecciones sinusales y la gripe. Los consejos de los especialistas para aliviar los síntomas de la congestión son: evitar los cambios bruscos de temperatura, incrementar la humedad del aire con vaporizadores o humificadores, mantener la cabeza ligeramente levantada mientras se duerme, evitar espacios con humos que resecan las fosas nasales, realizar ejercicio físico que favorece la vasoconstricción y utilizar el medicamento que le recomiende el farmacéutico, no un amigo.
La pérdida de olfato, además, puede afectar al ánimo. Este malestar, como hemos dicho, afecta directamente al olfato, un sentido al que a veces parece que le damos menos importancia que a la vista y el oído, pero no debería ser así. El olfato forma parte de nuestro sistema sensorial químico. Las células sensoriales de nuestra nariz, boca y garganta tienen la función de ayudarnos a interpretar los olores y los sabores.
Estudio sobre el olfato
Desde este punto de partida, los laboratorios Vicks han presentado un interesante estudio sobre el olfato y las emociones que ha dado como principal conclusión que el 75 por ciento de los españoles considera este sentido como uno de los más importantes de los que poseemos. Por eso, seis de cada diez personas consultadas afirman que la pérdida de olfato afecta directamente a su estado de ánimo. El 31 por ciento se siente torpe y cansado, el 21,6 experimenta frustración, rabia y enfado, mientras que el 11,3 llega a deprimirse.
Oler nos hace sentir bien
Y es que los aromas nos pueden ayudar a sentirnos bien. Entre los olores que consiguen este particular placer destacan los florales, mencionados por el 56 por ciento de los consultados; seguidos por los herbales, afrutados y cítricos, en este orden. Pero resulta curioso comprobar que a más de la mitad de las personas entrevistadas les produce más emociones positivas el olor de las personas que quieren que los perfumes o los aromas que proceden de los manjares de la mesa.
El aroma también es importante para la química sexual. Más del 25 por ciento de las personas entrevistadas considera el olor como una de las principales armas de seducción. El 35 por ciento de los jóvenes entre 15 y 34 años -un 10 por ciento más que la media española- opina que el aroma juega un papel clave en el ámbito sexual. Según el estudio, el apetito erótico se potencia más con olores suaves que con olores intensos, o al menos así lo creen ocho de cada diez personas.
Pese a que la congestión nasal se define como un síntoma bastante molesto que nos puede llegar a hacer perder el ánimo o perdernos muchos placeres -no hay nada peor que comer algo sin percibir su olor y su gusto-, casi el 39,4 por ciento de los encuestados revela que suele esperar a que el resfriado pase sin tomar medidas y un 36 usa descongestionantes, frente a un 26,1 que declara preferir los remedios caseros.