Las cotizadas españolas son conscientes de las oportunidades que ofrecen las redes sociales, pero no son el vehículo idóneo para comunicarse con los pequeños accionistas
A estas alturas, ¿quién no tiene un perfil en alguna red social? Las cotizadas, en su afán por acercarse y conocer más a sus accionistas, se han introducido en estas famosas herramientas sociales y de información. Sin embargo, en muchos casos, el perfil del inversor minoritario en España provoca que sigan ajenos a ellas y prefieran acceder a la información a través de otro tipo de canales alternativos. Ésta es una de las conclusiones del Observatorio Financiero "Junta General de Accionistas" elaborado por elEconomista en colaboración con Criteria CaixaCorp, al que acudieron el 26 de abril representantes de compañías españolas cotizadas y de alguna de las principales agencias de comunicación y asociaciones de inversores.
Mantener informado al accionista minoritario, al igual que al institucional, es una de las preocupaciones de las compañías y las Juntas de Accionistas son uno de los momentos en los que los directivos tienen la oportunidad de acercarse a los inversores. Pero las empresas se siguen enfrentando a la poca asistencia a estos actos por parte del accionista minoritario. Y es que hay que atacar primero uno de los problemas de raíz. "Los accionistas son propietarios, pero no son conscientes de que lo son, ni de los derechos que tienen", apunta Arturo Callau, director de Marketing y Relación con Accionistas de Criteria CaixaCorp. Callau explica que los minoritarios no se sienten involucrados y "no saben cómo participar en las juntas". Éste fue uno de los puntos de partida del debate, en el que coincidieron los ponentes. Pero, ¿por qué el pequeño accionista no se involucra en una compañía de la que al fin y al cabo es propietario? "El accionista minoritario no participa porque cree que las decisiones ya están tomadas y que su capacidad de intervenir es muy limitada" apunta Pedro Ollero, presidente de Ibernem, la primera asociación de accionistas minoritarios de Iberdrola.
Cambiar esta forma de pensar, en gran medida, está en manos de las propias empresas, que también tienen su parte de culpa. "Hay una carencia. Hemos dedicado más esfuerzo a la atención al accionista institucional y nos hemos dado cuenta de que hay que dar un paso adelante en la involucración del minoritario", confiesa Clara Velasco, miembro de la dirección de Relaciones con Inversores de Repsol.
Ejemplo de ello es que, en ocasiones, algunas compañías muestran más interés por la participación representada que por la directa. "A veces la empresa sólo quiere captar la tarjeta de asistencia", indica Juan Ignacio Peinado, miembro del Comité Científico de la Asociación Española de Accionistas Minoritarios de Empresas Cotizadas (Aemec). Al mismo tiempo, Peinado apunta a otras necesidades que a día de hoy no se atienden. En España, por ejemplo, a diferencia de otros países, no está contemplada la representación permanente. Esto supone un coste de identificación y organización que es todo menos un estímulo para que el accionista ejerza sus derechos.
Además de cuestiones relacionadas con la legalidad, hay muchos otros aspectos a mejorar para que aumente la implicación de los accionistas y no se produzcan descensos en la asistencia a las juntas. Y es que, por primera vez, tras varios años de crecimiento, se ha producido una caída del 3,26 por ciento en el quórum de asistencia a las juntas. Es uno de los datos que recoge un análisis que elabora Inforpress y que explica Nuria Vilanova, la presidenta del grupo.
La falta de asistencia tiene causas más que justificadas, ya que muchas juntas tienen grandes deficiencias. "Muy pocas ofrecen el voto electrónico, sólo el 58 por ciento de las convocatorias refleja los derechos que tiene el accionista y únicamente el 20 por ciento de estas asambleas ofrece traducción en inglés". Son algunos de los datos que recoge el estudio de Inforpress. Nuria Vilanova también señala que no es coherente "pedir muchas acciones cuando hay baja participación" y recuerda que sólo 16 empresas del Ibex 35 exigen una sola acción.
Vilanova apunta, además, a una cuestión importante en la que no hubo debate posible. "El gran reto es la relación con el accionista minoritario en el resto del año y no sólo en la junta", explica Vilanova. Se intenta incluso romper con la tradición de que el minoritario sólo acuda a una junta por el regalo que se le entrega. Algunos coinciden en que esto ya no es así, pero otros creen que es algo que no ha cambiado.
Lograr asistencia en las juntas y que despierten el interés que deberían es un objetivo. Pero también lo es buscar nuevos canales y formas de acercarse al accionista. No sólo se trata de transmitir información, sino de entablar una relación en la que la empresa pueda conocer las inquietudes y proposiones que tiene el inversor.
Criteria CaixaCorp es una de las empresas que está llevando a cabo este tipo de iniciativas para acercarse a sus accionistas. Una de ellas es la celebración de road show, en la que los accionistas pueden preguntar libremente a la dirección del holding, que siempre está presente. Introducir al accionista en renta variable a través de programas de formación es otra de las propuestas con las que Criteria intenta involucrar al accionista en el grupo. Además, cuenta con un Comité de accionistas minoritarios de 17 representantes que se seleccionan según la masa accionarial, por sexo, comunidad autónoma...
Lo tradicional gana a lo digital
Si hay una herramienta que se ha convertido en un canal imprescindible de comunicación ésta es Internet, especialmente las redes sociales. Su poder es incuestionable. Tanto que las cotizadas españolas no han perdido la oportunidad de estar presentes en ellas. Lo que comenzó siendo un método de entablar relaciones sociales y de darse a conocer a través de la Red ha evolucionado y se ha convertido en una de las herramientas más utilizadas profesionalmente. Con esta finalidad surgió Twitter, un vehículo con el que se informan cada vez más personas pero que, por el momento, no parece haber convencido a los accionistas minoritarios.
"Las redes sociales son muy importantes, pero quizá no es la mejor opción para llegar a los minoritarios", afirma Arturo Callau. Al- gunos buscan la razón en el perfil del inversor minoritario, hombres y mujeres de entre 50 y 60 años, y otros a que no es un método que permita segmentar la información. El caso es que los minoritarios españoles siguen prefiriendo otras alternativas a la hora de informarse, como los cara a cara, las webs o los tradicionales folletos y revistas.
Tanto es así que Callau recordó que cuando en Criteria CaixaCorp estuvieron pensando en entregar las tradicionales revistas en formato digital los inversores reclamaron seguir recibiéndolas como antaño. Una anécdota que corrobora la reticencia de parte de la comunidad inversora a acudir a redes sociales para enterarse de las últimas novedades de las compañías. "El fenómeno de las redes sociales se está magnificando. No hemos visto demanda ni de los institucionales ni de los minoritarios y mucho menos de los analistas", señala Carlos Cortina, director de Relaciones con Inversores de Banesto.
A pesar del fervor que existe por estas herramientas, la realidad es que la igualdad de trato exige que no se pueda colgar ningún tipo de información sin que previamente haya sido recogida por la CNMV. Al mismo tiempo, los ponentes mostraron su descontento con que en muchas ocasiones las personas encargadas de actualizar los contenidos de las empresas en las redes sociales sean profesionales que no tienen suficiente formación y que reciben una remuneración que no supera los 55 euros a la hora.
No obstante, la informática está sirviendo de soporte para muchos inversores que se encuentran muy alejados de las compañías en las que invierten. Y es que para Nuria Vilanova, de Inforpress, una de las grandes preocupaciones que tiene la comunicación con los minoritarios es la falta de tiempo que tienen y que puede ser resuelta con métodos online. Así, según la propia Vilanova, "Twitter se ha convertido en el canal de referencia con los minoritarios, por delante de la web".
A pesar de ser un punto discordante con el resto de los asistentes, las cotizadas españolas presentes en el Observatorio coincidieron en señalar las grandes oportunidades que ofrecen las redes sociales y herramientas profesionales tales como Twitter, pero también en la necesidad de segmentar con el objetivo de saber a quién se dirigen y destacar la fiabilidad que tienen las informaciones que en ellas se publican. "No hemos observado que los analistas financieros lo utilicen, consideramos que es una forma de escuchar rumores", opina Clara Velasco.
El caso es que si de algo están convencidos es de lo rápido que evolucionan las herramientas de información, la necesidad de irse actualizando porque "Internet y las redes han disparado la capacidad de tener información", como apunta Juan Ignacio Peinado.