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Rubalcaba, Botín y Vidal Quadras, entre los grandes comunicadores de España

No son los tiempos de Maura, de Churchill o de Benjamín Disraeli, pero hoy, en España, hay grandes comunicadores entre los que destacan políticos como el ministro del Interior Alfredo Rubalcaba o el popular Alex Vidal Quadras. Fuera de la escena política, el banquero Emilio Botín es una de las personalidades a las que "se le entiende meridianamente y no utiliza nunca palabras técnicas".

Y después está José Blanco, actual ministro de Fomento, y quien "tiene dotes de actor", tal y como señala Jesús Monroy, experto en comunicación política y entrenador de portavoces, y por ende, de muchos de estos personajes de la vida pública.

El impresionante cambio de José Blanco

Abunda Monroy en la metamorfosis del político gallego: que de "faltón, pedante y gritón ha pasado a ser un político ecuanime, enérgico, respetuoso, con una lógica aplastante en todo lo que dice, con mucha más credibilidad que el Presidente del gobierno, desde luego", matiza.

Lo que a la gente le interesa

Y es que "los mensajes que se lancen deben reunir tres cualidades: interesentes,inteligibles y audibles", entiende Monroy, para quien, "interesante, lo que le interesa a la gente en sobremanera es: la salud (especialmente lo relativo a conservar figura y sexo), la economía, el precio de las cosas e impuestos con todos sus derivados; lo que conforma la seguridad (seguridad ciudadana, en el empleo, en los transportes, en los alimentos), el bienestar, el ocio, la cultura y por encima de todo deporte".

Porque, eso sí, advierte a Ecodiario.es el entrenador de políticos y empresarios, los mensajes han de ser "intelgibles": "sin expresiones técnicas ni huecas: huyendo de términos como sinergia, posicionamiento, estructura, coyuntura, el adn, low cost, hedge funds,ebitda, etc", subraya Jesús Monroy, quien además destaca la relevancia de la comunicación emocional, esa que  "pasa las ideas a través de los hechos y los hechos a través del ser humano". "Hablar siempre de lo que afecta a las personas,bien sean penas o alegrías", pondera.

Lo que no cuentan las palabras

Otra de las claves de la empatía de nuestros portavoces reside en lenguaje corporal. Así lo entiende Monroy: "Hablar con entusiasmo y pausadamente. Recalcar con las manos lo que expresamos verbalmente sin levantarlas por encima del hombro. No moverse mucho en la silla. Y si se seca la boca, tomar antes un zumo o un caramelo. Los nervios no se pueden combatir, se pueden controlar o disimular".

Y todo esto sin olvidar la importancia de la indumentariam donde la ropa es mejor que sea de colores lisos. Evitar cuadritos, rayitas que pueden producir efectos distorsionadores en pantalla y que distraerán a quien nos escucha. No conviene llevar muchos abalorios, collares, gemelos, pendientes llamativos si queremos que el telespectador presta atención a lo que decimos. (la gente primero te mira y después te escucha).

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