TEHERÁN (Reuters) - Las autoridades iraníes dijeron el martes que darán una lección ejemplar a los "agitadores" detenidos en los peores disturbios registrados en el país desde la Revolución Islámica de 1979, y continuaron con las acusaciones de que la violencia está siendo alentada por las potencias occidentales.
Los antidisturbios y la milicia Basij ocuparon las principales plazas de Teherán para evitar las protestas masivas que se desarrollan desde las disputadas elecciones hace 11 días. Los dirigentes iraníes parecen haber logrado el control, al menos de momento.
El conflicto, que ha revelado una división sin precedentes en el liderazgo religioso, se ha trasladado ahora al terreno diplomático.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, que hasta ahora se había contenido en sus declaraciones sobre Irán, el martes afirmó que su país está "consternado e indignado" por la represión.
Estados Unidos no va a interferir en las protestas, y las acusaciones de que las están instigando son "claramente falsas y absurdas", aseguró.
"Condeno con fuerza estas acciones injustas, y me uno al pueblo estadounidense en el duelo por cada una de las vidas inocentes que se han perdido", dijo en una rueda de prensa en la Casa Blanca.
"Debemos dar testimonio del coraje y la dignidad del pueblo iraní, y de una apertura destacable en la sociedad iraní. Y deploramos la violencia contra civiles inocentes, ocurra donde ocurra", añadió.
"PROVOCADOS POR LA BBC"
El principal órgano legislativo iraní, el Consejo de los Guardianes, rechazó las demandas de que se repitan las elecciones realizadas por el ex primer ministro Mirhosein Musavi, que ha dicho que fueron amañadas, y del clérigo reformista Mehdi Karubi.
Pero en una aparente concesión, el Líder Supremo Ali Jamenei, la máxima autoridad del país, aceptó la petición del órgano de 12 hombres para que se extienda cinco días la fecha límite para que los candidatos puedan presentar sus reclamaciones sobre los comicios.
Estos disturbios han estallado mientras Irán, un importante productor de petróleo y gas y país fundamental en la estabilidad de la región, estaba inmerso en una disputa con Occidente sobre su programa nuclear. Teherán asegura que es para producir electricidad, mientras que Occidente sospecha que pretende construir la bomba atómica.
Londres dijo que dos de sus diplomáticos fueron expulsados de Irán, y que ha ordenado la salida de los diplomáticos iraníes. Unos 100 partidarios de la línea dura se manifestaron ante la embajada británica en la capital iraní pidiendo su cierre.
La televisión estatal, en emisiones claramente dirigidas a desacreditar a los opositores que desafían la prohibición de manifestarse, mostró a personas que dijo fueron arrestados durante el fin de semana.
"Creo que fuimos provocados por cadenas como la BBC y la VOA (Voz de America) para tomar estas medidas inmorales", declaró un joven a cara descubierta sin que se diera su nombre.
La agencia oficial de noticias IRNA citó a un alto cargo judicial, según el cual los arrestados "se les tratará de un modo que les dará una lección".