
Aunque desde instituciones ministeriales se insiste en la necesidad de la formación continua, lo cierto es que una baja proporción de trabajadores tiene opción a participar en cursos organizados por su empresa. Lo que sí ha cambiado es la forma de impartirlos: ahora se llevan los cursos a distancia y los presenciales caen en picado.
El Consejo Escolar del Estado ha hecho de la formación continua su leit motiv para todo este año. Son muchas las jornadas, seminarios y conferencias que esta institución ha dedicado y dedicará a lo largo de 2009 al tema de la educación a lo largo de toda la vida, porque en palabras de Eva Almunia, secretaria de Estado de Educación y Formación Profesional, "la Estrategia de Lisboa incluye entre sus indicadores principales aquél referido a las personas adultas que reciben formación permanente, en el que España ha experimentado una importante mejora en la última década.
Cursos en las empresas
Hoy superamos la media europea en casi un punto y nuestro país avanza rápido hacia el objetivo europeo de que en el 2010 el 12,5% de la población adulta reciba algún tipo de educación". En la actualidad, un 10,4% de la población adulta española recibe algún tipo de formación, casi un 6% más que hace una década.
Si trasladamos esta realidad acerca del aprendizaje continuo a los españoles que tienen un trabajo, las cifras varían. Y las expectativas también. El informe Sistema educativo y capital humano, elaborado por el Consejo Económico y Social (CES), revela que sólo el 13,9% de la población empleada realiza cursos de formación, un porcentaje que se reduce al 10,5% si se consideran sólo los estudios no reglados y al 8,7% si se tienen en cuenta los que cursan estudios no relacionados con el trabajo.
Sin embargo, el mismo informe señala que, según datos de la Fundación Tripartita para la Formación en el Empleo, el porcentaje de participantes en acciones de formación continua en las empresas apenas alcanza el 7,7%. Además, según destaca el informe del CES, sólo el 4,9% de los empleados que realizan algún tipo de formación cuentan con apoyo o participación empresarial. Aún así, la participación es marcadamente superior entre las empresas grandes: el 30% de las empresas con diez o más empleados realiza cursos de formación continua, porcentaje que se limita al 5% en empresas con menos de diez empleados.
Otro estudio de la consultora Élogos, en colaboración con el Iese-Cela, ha ahondado en el tipo de formación que reciben nuestros trabajadores y el dinero que se destina a tal fin. Su primera conclusión es que, en cifras globales, la inversión en formación en España ascendió a 2.095 millones de euros en 2008, un 2,24% más respecto al 2007. De este montante, el 66,92%, o lo que es lo mismo, 1.402 millones de euros, corresponden al mercado externalizado de formación continuada, que incrementa su volumen en un 2,86%.
Reajuste del modelo
Según este estudio, el modelo de formación vigente en España aprovecha la crisis para reajustar algunas de sus deficiencias, mostrando un cambio de paradigma. Así, por primera vez en los últimos años, desciende el número de horas por trabajador dedicadas a formación (de 34 a 32 en las grandes empresas), aunque la inversión sigue aumentando ligeramente, de 353 a 370 euros por trabajador.
Y es que, tal y como ha ocurrido en otras áreas de los RRHH, la formación evoluciona desde la cultura de las horas y el presentismo a un modelo más alineado con objetivos: los cursos ahora son más cortos pero requieren más componentes tecnológicos (contenidos multimedia, foros de aprendizaje colaborativo?) y una mayor preparación, para asegurar la relevancia para el alumno y la transferencia de lo aprendido a su puesto de trabajo.
De esta forma, toman especial relevancia los sistemas de gestión de la formación, en los que las nuevas tecnologías (Talent Management Systems, Learning Management Systems, etc.) permiten obtener mejores informes, control en tiempo real, y diseños personalizados, optimizando los procesos y reduciendo los costes.
En cuanto a los contenidos, parece haberse estabilizado el peso proporcional de cada una de las áreas: se mantienen especialmente estables Idiomas y Prevención de Riesgos Laborales.
Las áreas de Habilidades y Liderazgo continúan destacando en el sector de las Grandes Empresas, mientras las áreas Técnicas resaltan en los Agentes Sociales y Tecnologías de la Información en las Administraciones Públicas. Las dos áreas formativas que destacan en los tres segmentos siguen siendo Liderazgo, Habilidades, Atención al Cliente y la Formación Técnica, Productos y Corporativa.