En estas fechas los excesos alimenticios son muy frecuentes y difíciles de evitar. Inevitablemente, los compromisos con los compañeros del trabajo y con la familia terminan pasando factura con los temidos trastornos digestivos.
Así, el doctor Ignacio Ferrando, director de Programas Médicos de Sanitas, advierte lo que debería resultar evidente, que se debe comer y beber alcohol con moderación. Pero son pocos los que le hacen caso.
Pulpo, pescado al horno, cordero asado, pavo relleno y frituras suelen ser platos típicos bastante condimentados, grasos y abundantes en sal. Si a esto se suman polvorones, turrones y roscones navideños, y un buen vino, una copita de licor y otra de cava para brindar por la llegada del año nuevo, la mezcla puede resultar explosiva. Romper con la rutina diaria, acostarse más tarde o comer en movimiento, con la televisión puesta o la música alta tampoco ayudan a evitar las indigestiones.
Nivel calórico
La necesidad de cumplir con las recomendaciones dietéticas fundamentales exige no sobrepasar el nivel calórico normal ni la ingesta de proteínas y grasas. En este sentido, el doctor Ferrando recuerda que "un 15 por ciento de proteínas, un 30 de grasas y un 5 de hidratos de carbono son porcentajes adecuados y que no deben olvidarse", aunque siempre sin obsesionarse y aplicando el sentido común.
Los síntomas de un empacho
La lista de síntomas que presenta una persona que sufre de empacho abarca bastantes dolores, tal y como señala el director de Programas Médicos de Sanitas: pesadez de estómago, lengua seca, falta de apetito, estreñimiento o diarrea, vómitos, acidez de estómago, gases y distensión del abdomen, cansancio, dolor de cabeza y de piernas...
Y según este especialista, las personas de entre 30 y 40 años de edad son las más afectadas por este tipo de indigestiones. En casos más intensos, Ignacio Ferrando asegura que "el empacho puede producir un cólico biliar, que se manifiesta por dolor en el cuadrante superior derecho del abdomen (boca del estómago e hígado), generalmente irradiado a la espalda".
Esta dolencia puede durar entre dos y cuatro horas, para luego desaparecer completamente. Otros síntomas podrían ser escalofríos, fiebre o ictericia.
Para no padecer este desagradable malestar en la sobremesa, el doctor Ferrando recomienda seguir diez consejos prácticos:
1. Evitar los alimentos grasos en exceso, los platos con especias y las frituras, así como el chocolate, las cebollas y el tomate.
2. No tomar bebidas gaseosas, cafeína y alcohol, que producen acidez.
3. No fumar entre plato y plato.
4. Comer de todo, pero en pequeñas cantidades, especialmente a la hora de la cena. Es preferible hacer varias y pequeñas comidas espaciadas a lo largo del día que escasas y copiosas.
5. Compensar una comida con otra. Después de una comida pesada hay que procurar que la siguiente ingesta sea más ligera.
6. Procurar masticar despacio y totalmente la comida.
7. Evitar el incremento de todas las actividades que favorecen la entrada de aire, como son fumar, masticar chicle o comer rápido.
8. Acostarse dos horas después de haber comido o cenado. Una vez en la cama, elevar la altura de la cabeza unos 10 ó 15 centímetros.
9. Hacer ejercicio.
10. Procurar no llevar ropas muy ajustadas.
A pesar de todas estas recomendaciones, si se acaba por sufrir de indigestión, lo mejor es beber zumo de limón en agua tibia tres veces al día y agua de soda regularmente. Los que buscan soluciones naturales tienen en la fitoterapia otra gran aliada, pues protege el aparato digestivo, equilibra la producción de los jugos gástricos sin irritar la mucosa del estómago y disminuye la formación de gases.
De entre las plantas que calman las molestias, destacan el condurango, que tomado en decocción calma los vómitos y alivia el dolor de estómago; la infusión de manzanilla común, que alivia los espasmos dolorosos del estómago, y el anís en grano, que cocido ayuda a aliviar los gases.